Sumario

T閚gase en cuentat la Disposici髇 adicional 鷑ica de la Ley [ARAG覰] 2/2011, 24 febrero, de modificaci髇 de la Ley 4/1993, 6 marzo, del Deporte de Arag髇 (獴.O.A.� 10 marzo), que establece que: "Las referencias que en la Ley 4/1993, de 16 de marzo, del Deporte de Arag髇, se hacen al Departamento de Cultura y Educaci髇 se entender醤 realizadas al Departamento competente en materia de deporte."

Pre醡bulo

El deporte en Arag髇 se concibe como un sistema integrado por diferentes componentes, entre los que es necesario destacar especialmente a las personas que practican deporte, los equipamientos deportivos donde lo hacen y a los responsables t閏nicos y gestores que contribuyen directa o indirectamente a la pr醕tica deportiva de la poblaci髇. La confluencia de estos tres componentes da como resultado las actividades f韘ico-deportivas. La ordenaci髇 del deporte implica una atenci髇 especial a estos tres componentes b醩icos y a su equilibrio en el conjunto del sistema.

Las actividades f韘ico-deportivas constituyen, en el momento actual, una manifestaci髇 visible del progreso social. De una u otra forma, los aragoneses -como el resto de ciudadanos espa駉les- han aprendido a convivir cotidianamente con el deporte, estimulados, tal vez, por esa impresionante y espectacular proyecci髇 social y tambi閚 por la convicci髇 de que el equilibrio psicof韘ico depende en buena medida de una habitual o constante pr醕tica deportiva. As� lo entendieron nuestros constituyentes cuando, al reformular el sistema fundamental de la organizaci髇 pol韙ica espa駉la, incluyeron el fomento de la educaci髇 f韘ica y del deporte indisolublemente vinculados en lo conceptual y relativamente en la pr醕tica, entre los principios rectores de la pol韙ica social y econ髆ica y al lado del reconocimiento del derecho a la protecci髇 de la salud.

Pero la actividad f韘ico-deportiva en sentido amplio no es un simple fen髆eno social, desconectado de una realidad viva y permanente o producto de una moda destinada como tal a su desaparici髇. Lejos de ello, su encaje constitucional determina -por ser la primera menci髇 en la historia- la obligaci髇 correlativa y permanente de los poderes p鷅licos, de todos los poderes p鷅licos, de estimular, proteger y aun garantizar que el deporte se practique en las mejores condiciones y que, entre ellas, no est閚 ausentes las que favorecen los valores constitucionales y humanos de la solidaridad y de la igualdad, una de las m醩 hermosas tareas que puedan llevar a cabo los poderes p鷅licos en nuestro tiempo.

El fen髆eno deportivo, en lo que se refiere a la pr醕tica individualizada o en grupo en forma competitiva o no competitiva, con o sin reconocimiento oficial, contribuye a la educaci髇 y acent鷄 el valor de la solidaridad y el principio de la igualdad. Ello constituye ya una conquista avanzada de la sociedad moderna, y, por tanto, merece la atenci髇 intensa de los poderes p鷅licos, por lo que no resulta extra駉 que 閟tos, en los distintos niveles de competencia y actuaci髇, deban ocuparse de ordenarlo y encauzarlo.

La Comunidad Aut髇oma asumi� en su Estatuto como exclusivas, las competencias de 玴romoci髇 del deporte y de la adecuada utilizaci髇 del ocio� (art韈ulo 35.18) y la de 玜eropuertos y helipuertos deportivos as� como las instalaciones de navegaci髇 y deporte en aguas interiores� (art韈ulo 35.7). Pero tambi閚, y sobre todo, la obligaci髇 de promover las condiciones adecuadas para que la libertad e igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas, lo que supone una acci髇 encaminada a poner en marcha otras competencias conexas (sanidad, bienestar social, etc.) que servir韆n para justificar, si no fuera suficiente con lo anterior, la presente Ley.

Por supuesto, las disposiciones generales de la Ley tienen en cuenta todo lo anterior. Y, como no cabe duda de que una activa f髍mula de fomentar o promover el deporte consiste en establecer o facilitar las condiciones de organizaci髇 y desarrollo del mismo, la presente Ley trata de corresponsabilizar a los agentes p鷅licos y privados en el fomento y tutela del deporte aragon閟.

Reconociendo que en la promoci髇 del deporte han de coordinarse las actuaciones de las Administraciones P鷅licas implicadas, la Ley define el marco funcional de la Administraci髇 auton髆ica aragonesa distribuyendo entre la Diputaci髇 General, el Departamento de Cultura y Educaci髇 y la Direcci髇 General de Deportes las distintas competencias. Se lleva a cabo, tambi閚, una cierta distribuci髇 en la que subyace un reconocimiento garantizador entre las corporaciones locales aragonesas y los nuevos Centros de Coordinaci髇 Deportiva estrechamente vinculados con el 醡bito funcional y territorial de aqu閘las. Estos Centros de Coordinaci髇 Deportiva pretenden servir de cauce m醩 id髇eo, sin perjuicio del de las Administraciones Locales, para la integraci髇, en clave de descentralizaci髇, de las Administraciones P鷅licas y Privadas en el deporte. Se crea asimismo, un 髍gano consultivo -el Consejo Aragon閟 del Deporte- en el que se integrar醤 los diferentes sectores del deporte aragon閟.

La Ley dedica una atenci髇 preferente a los modelos de asociaci髇 para el deporte. Se acoge, por vez primera, la reiteradamente reclamada clasificaci髇 de las asociaciones deportivas, con el 鷑ico objetivo de facilitar la constituci髇 y funcionamiento de los Clubes y contribuir a clarificar los problemas derivados de la responsabilidad de los asociados. Y ello, partiendo del respeto a la voluntad asociativa que es, sin duda, la mejor garant韆 para un eficaz y correcto funcionamiento de la asociaci髇 privada en el deporte.

Para las tradicionales f髍mulas de asociaci髇 federativa, aut閚ticos pilares del sistema, la Ley es, en cambio, m醩 exigente. Teniendo en cuenta que una gran parte, y quiz� la m醩 importante, de las competencias de inter閟 p鷅lico y de naturaleza p鷅lica son encomendadas a las Federaciones Deportivas Aragonesas, no debe resultar nada extra駉 que a la colaboraci髇 social en la tarea p鷅lica se a鷑e el leg韙imo control del ejercicio de las tareas encomendadas. Especial atenci髇 merece, entre ellas, la Federaci髇 Aragonesa de Deportes Tradicionales por su contribuci髇 en lo deportivo -y en lo cultural- a la afirmaci髇 de la identidad de Arag髇.

Una importante innovaci髇 largamente esperada es la imposici髇 del deber de publicidad de los Estatutos y Reglamentos federativos.

Un tratamiento espec韋ico de las instalaciones y equipamientos deportivos resalta el valor singular del soporte de las actividades f韘ico-deportivas. La Ley es plenamente consciente de que s髄o la planificaci髇 de las instalaciones deportivas y el establecimiento de reglas de uso, incluyendo el importante elenco de los equipamientos naturales, podr� acabar con la disfuncionalidad, y en ocasiones hasta el despilfarro, en la construcci髇 y utilizaci髇 de aquellas instalaciones.

En l韓ea con las actuales tendencias de protecci髇 y defensa de los ciudadanos en su papel de usuarios, la Ley da cobijo a las f髍mulas de informaci髇 obligatoria de las condiciones de las instalaciones y equipamientos que presten servicios de car醕ter deportivo al p鷅lico. La exigencia de un seguro especial para ciertos supuestos avala la intenci髇 anterior. Dentro de este cap韙ulo constituye tambi閚 novedad estimular el uso colectivo de instalaciones deportivas de propiedad privada a trav閟 de la declaraci髇 de inter閟 deportivo-federativo que s髄o el propietario del equipamiento est� legitimado para instar.

La Ley tambi閚 atiende a leg韙imas aspiraciones, y comprobada necesidad de ordenar y encauzar la prestaci髇 de servicios de ense馻nza y gesti髇, en general de car醕ter t閏nico y deportivo. Con ello se pretende tambi閚 dignificar paulatinamente un sistema que, con frecuencia, ha dependido m醩 de la buena voluntad -de la benevolencia hablan con expresividad en algunos pa韘es europeos para definir el fen髆eno- de quienes dedican su tarea y esfuerzos al deporte. Se somete a las directrices o niveles b醩icos fijados por la Administraci髇 Central del Estado la regulaci髇 aragonesa y, con ello, se garantiza el valor y la eficacia en todo el territorio nacional. La exigencia de autorizaci髇 de los establecimientos y el concierto obligado de un seguro son, asimismo, garant韆s de seriedad y dignificaci髇 de la actividad prestada.

La regulaci髇 de las competiciones deportivas, la exigencia de licencia y seguro deportivo y las disposiciones encaminadas a facilitar la promoci髇 de deportistas, impedir la violencia y el uso de sustancias o pr醕tica de m閠odos prohibidos en el deporte, son importantes columnas de la Ley, en l韓ea con lo que recomienda el ordenamiento internacional del deporte.

Constituye tambi閚 una innovaci髇 sustancial elevar a rango legal el r間imen disciplinario en el deporte aragon閟. Se recogen, como por otra parte es obligado, las previsiones de la jurisprudencia -incluida la constitucional- en materia de sanciones, a trav閟 de una distribuci髇 adecuada de la competencia para sancionar -destacando que son las propias asociaciones deportivas y sus reglamentos espec韋icos los cauces principales para ello-, de la determinaci髇 de infracciones y sus niveles y sanciones proporcionales y de los procedimientos que aseguren una imposici髇 correcta y las garant韆s de reacci髇 jur韉ica contra aqu閘las. Un Comit� Aragones de Disciplina Deportiva culminar�, en el 醡bito administrativo, la v韆 disciplinaria, seg鷑 es ya habitual en el mundo del deporte, con el 鷑ico objetivo de proporcionar la imprescindible seguridad jur韉ica.

Se incorpora tambi閚 a la Ley un m閠odo para posibilitar la soluci髇 de contiendas y conflictos dentro del sector deportivo y extrajudicialmente, en l韓ea con las tradicionales f髍mulas y las tendencias modernas.

Por 鷏timo, se dedican varios preceptos a la actividad p鷅lica de promoci髇 del deporte aragon閟. Con ello se culmina la pretensi髇 de estimular, impulsar y desarrollar la pr醕tica de las actividades f韘ico-deportivas en el 醡bito m醩 visible del fomento administrativo.

Una serie de disposiciones para garantizar la adaptaci髇 no traum醫ica del ordenamiento deportivo anterior a lo que los nuevos planteamientos exigen sirve de l骻ico corolario al sistema que establece la presente Ley.