Anexo A

Criterios de control de la implantaci髇 de nuevos elementos vulnerables compatibles con la gesti髇 del riesgo qu韒ico en instalaciones que manipulan sustancias peligrosas y en el transporte de mercanc韆s peligrosas por carretera y ferrocarril.

1. Fundamento.

Estos criterios se fundamentan en la Ley 4/1997, de 20 de mayo, de protecci髇 civil de Catalu馻, la Ley 6/2009, de 28 de abril, de evaluaci髇 ambiental de planes y programas, el Decreto legislativo 1/2005, de 26 de julio, por el que se aprueba el Texto refundido de la Ley de urbanismo, as� como la normativa de accidentes graves, es decir, el Real decreto 1196/2003, de 19 de septiembre, por el que se aprueba la Directriz b醩ica de protecci髇 civil para el control y planificaci髇 frente al riesgo de accidentes graves en los que intervienen sustancias peligrosas, el Real decreto 1254/1999, de 16 de julio, por el que se aprueban las medidas de control de los riesgos inherentes a los accidentes graves en que intervienen sustancias peligrosas (y sus posteriores modificaciones), el Decreto 174/2001, de 26 de junio, por el que se regula la aplicaci髇 en Catalu馻 del Real decreto 1254/1999, antes citado, y las directivas y gu韆s europeas vigentes en la materia, y normativa concordante.

2. 羗bito.

El 醡bito de los criterios afecta a los riesgos denominados de protecci髇 civil, de acuerdo con las competencias de la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil, respecto a la viabilidad de las actuaciones urban韘ticas que suponen una modificaci髇 sustancial del riesgo y, prioritariamente a las previsiones de desarrollo en suelo urbanizable, en relaci髇 con la gesti髇 de las emergencias colectivas y, especialmente, en relaci髇 con el aseguramiento de las capacidades de protecci髇 por parte de los organismos p鷅licos a la poblaci髇 y de autoprotecci髇 de la poblaci髇 en las emergencias caracterizadas por ser s鷅itas y r醦idas, y concretamente frente a emergencias por riesgo qu韒ico en establecimientos industriales que manipulan sustancias peligrosas y en el transporte de mercanc韆s peligrosas por carretera y ferrocarril.

3. Objetivos.

Se pretende establecer los criterios a aplicar por parte de la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil en la elaboraci髇 de informes en relaci髇 con la compatibilidad de la implantaci髇 de nuevos elementos vulnerables con la gesti髇 del riesgo qu韒ico en instalaciones que manipulan sustancias peligrosas y en el transporte de mercanc韆s peligrosas.

Los criterios se fijan en base a la definici髇 num閞ica, en metros, de franjas o zonas de seguridad donde se establecen las tipolog韆s de elementos vulnerables considerados compatibles con la gesti髇 del riesgo (en t閞minos de edificaciones residenciales, lugares de p鷅lica concurrencia o zonas de ocio y similares), la vulnerabilidad m醲ima y los condicionantes de la viabilidad de estos desarrollos (sistemas compensatorios), con el objetivo de alcanzar condiciones que permitan el aseguramiento de la autoprotecci髇 y evitar la definici髇 de nuevos escenarios donde la materializaci髇 de las emergencias por riesgo qu韒ico en instalaciones que manipulan sustancias peligrosas o en el transporte de mercanc韆s peligrosas por carretera y ferrocarril pueda ser potencialmente no gestionable o pueda suponer la presencia de elementos vulnerables en situaci髇 de indefensi髇 frente a la autoprotecci髇.

Tambi閚 se recogen las medidas que se pueden prever en la implantaci髇 de los elementos vulnerables por tal de reducir las franjas de seguridad citadas, as� como la concreci髇 de las excepciones en la aplicaci髇 de los criterios y las condiciones en que se pueden aplicar 閟tas.

El conjunto de las franjas o zonas de seguridad recibe el nombre de zona de aseguramiento de la capacidad de autoprotecci髇.

Por 鷏timo, se debe considerar que estos criterios no se aplican de manera automatizada o mec醤ica, ya que requieren de una interpretaci髇 t閏nica para poder alcanzar resultados congruentes y concordantes con la seguridad y la gesti髇 global de los riesgos. La interpretaci髇 debe responder por una parte a la m醲ima concreci髇 territorial del riesgo en cuesti髇 y por otra al estudio detallado de los planes, programas o proyectos de desarrollo urban韘tico. En relaci髇 con estos aspectos el apartado 6 de este anexo establece puntualizaciones en cuanto al riesgo asumible.

4. Criterios de riesgo qu韒ico en establecimientos que manipulan sustancias peligrosas.

4.1. Introducci髇.

El riesgo qu韒ico en establecimientos que manipulan sustancias peligrosas deriva de la presencia en instalaciones industriales de sustancias que tienen una peligrosidad intr韓seca (toxicidad, inflamabilidad o explosividad especialmente). Este riesgo est� planificado a trav閟 del Plaseqcat (Plan de emergencia exterior del sector qu韒ico de Catalu馻), que es el plan especial de emergencias de la Generalidad de Catalu馻 que alcanza a todas las instalaciones afectadas por la normativa que regula la prevenci髇 y planificaci髇 de accidentes graves en instalaciones que manipulan sustancias peligrosas ( Real decreto 1254/1999, antes citado y posteriores modificaciones), as� como de otras instalaciones que por sus caracter韘ticas concretas tambi閚 se puedan considerar como generadoras de riesgo qu韒ico.

Por tanto, el Plaseqcat es el plan de emergencia por riesgo qu韒ico en instalaciones que manipulan sustancias peligrosas (riesgo de accidente grave) para todo el conjunto de Catalu馻. Las tipolog韆s de instalaciones industriales que recoge el Plaseqcat son las siguientes:

• A) Instalaciones afectadas por el nivel alto de la normativa de accidentes graves (art韈ulo 9 del Real decreto 1254/1999).
• B) Instalaciones afectadas por el nivel bajo de la normativa de accidentes graves (art韈ulos 6 y 7 del Real decreto 1254/1999)
• C) Resto de instalaciones consideradas generadoras de riesgo qu韒ico por manipulaci髇 de sustancias peligrosas (y por tanto incluidas en el Plaseqcat):
  • a) Instalaciones afectadas en ambos umbrales que se prev閚 por la Orden PRE/252/2006, de 6 de febrero, por la que se actualiza la Instrucci髇 T閏nica Complementaria n鷐ero 10 sobre prevenci髇 de accidentes graves del Reglamento de Explosivos ( Real decreto 230/1998, de 16 de febrero).
  • b) Aparcamientos de mercanc韆s peligrosas de ADIF (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias).
  • c) Otras instalaciones concretas por similitud con los niveles de riesgo detectados.

El Plaseqcat, entre otros datos, concreta el riesgo qu韒ico de las instalaciones incluidas en el plan, es decir, el an醠isis de riesgo de estas instalaciones. En algunos casos este an醠isis de riesgo se traduce en hip髏esis accidentales a las que se asocian zonas de afectaci髇 calculadas seg鷑 los umbrales t閏nicos (de toxicidad, de radiaci髇 o de sobrepresi髇, entre otros) establecidos en la normativa de aplicaci髇.

En concreto, en el caso de las industrias afectadas por el nivel alto de la normativa de accidentes graves, 閟tas han de elaborar informes de seguridad que contemplen los escenarios accidentales asociados a sus instalaciones, as� como las zonas de afectaci髇 que se derivan, seg鷑 los criterios establecidos en la normativa espec韋ica ( Real decreto 1196/2003). Este informe de seguridad es evaluado desde la Generalidad de Catalu馻 (actualmente, a trav閟 de la Subdirecci髇 General de Seguridad Industrial del Departamento de Innovaci髇, Universidades y Empresa) por tal de obtener los escenarios accidentales con distancias de afectaci髇 validados des de la Administraci髇 p鷅lica.

Las zonas de afectaci髇 son las siguientes:

• A) La zona de intervenci髇, que es la zona en la que las consecuencias de los accidentes producen un nivel de da駉s que justifica la aplicaci髇 inmediata de medias de protecci髇. Por tanto, es la zona donde cualquier persona situada en el exterior (no protegida por el confinamiento como medida de autoprotecci髇 general) podr韆 sufrir da駉s.
• B) La zona de alerta, que es la zona en la que las consecuencias de los accidentes provocan efectos que, aunque perceptibles por la poblaci髇, no justifican la intervenci髇, excepto para los grupos de poblaci髇 cr韙icos. Por tanto, es la zona donde solo las personas que formen parte de un grupo cr韙ico (ni駉s peque駉s, gente mayor y/o enfermos) podr韆n sufrir da駉s si est醤 situadas en el exterior (no protegidas por el confinamiento, que es la medida de autoprotecci髇 general).

A parte de las zonas de afectaci髇 anteriores, existen otras zonas que responden a criterios concretos de vulnerabilidad, como por ejemplo la mortalidad por efecto de la toxicidad. Este es el caso del c醠culo de la zona LC1% (mortalidad 1% en el exterior por motivo de un accidente concreto producido y en ausencia de la aplicaci髇 de las medidas de autoprotecci髇) que las evaluaciones de los informes de seguridad incorporan actualmente (y desde hace mucho tiempo) como resultado de la experiencia y como criterio consensuado en el proceso de evaluaci髇 de los informes de seguridad por parte de las entidades que participan.

Por tanto, el proceso de identificaci髇 de las previsiones urban韘ticas, y especialmente los desarrollos en suelo urbanizable, donde la implantaci髇 de elementos vulnerables es potencialmente inviable seg鷑 criterios de gesti髇 del riesgo de accidente grave en instalaciones que manipulan sustancias peligrosas, queda supeditado a las tipolog韆s de instalaciones industriales consideradas e inicialmente incluidas en el Plaseqcat por motivo del diferente an醠isis de riesgo disponible.

4.2. Zona de aseguramiento de la capacidad de autoprotecci髇.

Las afectaciones (inviabilidad total, parcial o medidas preventivas condicionantes) a las diversas tipolog韆s de proyectos, planes y programas urban韘ticos o de ordenaci髇 territorial por motivo del riesgo qu韒ico en instalaciones industriales que manipulan sustancias peligrosas tienen en cuenta los criterios siguientes:

• A) Control de elementos vulnerables compatibles:
  • a) Zona de indefensi髇 frente a la autoprotecci髇: franja de seguridad con control de elementos vulnerables compatibles (no uso residencial ni de p鷅lica concurrencia, excepto usos industriales compatibles) para asegurar la capacidad de aplicaci髇 de las medidas de autoprotecci髇 por parte de la poblaci髇, en base a la proximidad de la poblaci髇 al foco de la emergencia, tiempo de respuesta y efectos posibles.
  • b) Zona de intensidad l韒ite en el exterior: franja de seguridad con control de elementos vulnerables compatibles (no uso residencial y de p鷅lica concurrencia, excepto usos industriales compatibles) en base a la zona de efectos l韒ite o extremos en el exterior; es decir, esta zona recoge el 醡bito donde las consecuencias sobre la poblaci髇 o elementos vulnerables son especialmente significativas.
• B) Control de la vulnerabilidad y del crecimiento m醲imo. Zona de confinamiento general: l韒ites y medidas preventivas y compensatorias para permitir el aviso a la poblaci髇 y la aplicaci髇 de la autoprotecci髇.

El conjunto de zonas anteriores constituye la zona de aseguramiento de la capacidad de autoprotecci髇.

4.3. Control de elementos vulnerables compatibles: zona de indefensi髇 frente a la autoprotecci髇

Se considera que no son viables en relaci髇 al riesgo qu韒ico en instalaciones que manipulan sustancias peligrosas, las previsiones de desarrollo urban韘tico con implantaci髇 de elementos vulnerables (edificaci髇 residencial, edificios de p鷅lica concurrencia o 醡bitos de ocio en general) en el interior de la zona de indefensi髇 frente a la autoprotecci髇. Se except鷄n los usos industriales siempre y cuando estos se destinen a actividad industrial compatible con la presencia de instalaciones consideradas de riesgo (de acuerdo con la denominada normativa Seveso o de accidentes graves antes citada) y el responsable del desarrollo urban韘tico asegure las previsiones y requisitos que se incorporan en el apartado 4.5 en relaci髇 a la zona de confinamiento general. Esta zona y los condicionantes establecidos responden a la proximidad de la poblaci髇 al foco u origen de la emergencia y a la vez a la celeridad del avance de 閟ta, que hace que el margen o tiempo de respuesta para avisar a la poblaci髇 para aplicar las medidas de autoprotecci髇 sea muy reducido.

4.3.1. Primera fase o fase preliminar.

El proceso de definici髇 de la zona de indefensi髇 frente a la autoprotecci髇 y por tanto de identificaci髇 de los desarrollos urban韘ticos, especialmente en suelo urbanizable, potencialmente inviables por raz髇 de la gesti髇 del riesgo qu韒ico en establecimientos industriales que manipulan sustancias peligrosas, se inicia en una primera fase mediante la relaci髇 de previsiones que se ubican total o parcialmente en el interior de la franja de 500 metros definida alrededor del l韒ite de las instalaciones consideradas de riesgo (y por tanto incluidas en el Plaseqcat). La definici髇 de la zona inicial de 500 metros permite obtener una lista preliminar de previsiones urban韘ticas potencialmente inviables des del punto de vista de la gesti髇 del riesgo qu韒ico asociado a estas instalaciones. Esta lista y las situaciones concretas se perfilan posteriormente en una segunda fase de mayor detalle, en base a la informaci髇 de detalle disponible de las instalaciones concretas en cada caso determinado.

4.3.2. Segunda fase o fase de concreci髇.

• A) Instalaciones afectadas por el nivel alto de la normativa de accidentes graves.

  El proceso de definici髇 de las previsiones urban韘ticas inviables iniciado en la fase preliminar anterior, se complementa con una segunda fase de concreci髇 del riesgo donde se estudian las caracter韘ticas concretas de las instalaciones, y m醩 concretamente las tipolog韆s de sustancias peligrosas disponibles, las caracter韘ticas de las zonas de almacenamiento (tipolog韆s, tama駉s y datos de los dep髎itos) y los procesos existentes (transformaci髇, solo almacenamiento, carga y descarga de sustancias peligrosas desde camiones cisterna, entre otros). As�, en base a las tipolog韆s de sustancias peligrosas existentes y a las caracter韘ticas de las instalaciones, se pueden determinar los accidentes graves posibles.

  Debe tenerse en cuenta que la franja de seguridad de 500 metros se asocia a la presencia de sustancias que pueden generar nubes t髕icas de gran alcance. Con una velocidad de viento m韓ima de 1,5 m/s el avance de una nube t髕ica es de 500 metros en 5 minutos y medio o lo que es lo mismo 1 km en 11 minutos. En base a la experiencia en la planificaci髇 y gesti髇 de emergencias por riesgo qu韒ico, es conocido que el margen de tiempo necesario para poder avisar a la poblaci髇 expuesta al riesgo casi nunca es inferior a estos 5,5 minutos, ya que normalmente en los primeros momentos de una emergencia qu韒ica se genera mucha incertidumbre, tanto por las acciones de detecci髇, como de traspaso de informaci髇 por parte de las empresas e incluso de los afectados o de los grupos operativos. Incluso en la mejor de las situaciones posibles (disponibilidad de las mejores tecnolog韆s y fiabilidad m醲ima en la aplicaci髇 de los protocolos de aviso), los tiempos ser韆n superiores.

  Por tanto, la aplicaci髇 de medidas de autoprotecci髇 a la poblaci髇 puede no ser posible para las zonas incluidas en los primeros 500 metros recorridos por la nube t髕ica, ya que el aviso a la poblaci髇 ser� posterior a la llegada de la nube t髕ica. En este sentido debe considerarse que la poblaci髇 incluida en estos primeros 500 metros se encuentra en situaci髇 potencial de indefensi髇 frente a la emergencia. La zonificaci髇 de 500 metros se aplica con car醕ter general y excepto casos puntuales cuando el valor de la zona de intervenci髇 de la nube t髕ica sea superior a este valor, ya que en el caso que no lo sea se deber� considerar que en la instalaci髇 industrial no se dan las condiciones para que se pueda producir una nube t髕ica de gran alcance y se deber� considerar la zonificaci髇 indicada para otras tipolog韆s de sustancias peligrosas.

  A parte del caso anterior, el valor de 500 metros se aplica para aquellas instalaciones industriales la actividad principal de las cuales es el almacenamiento y distribuci髇 de combustibles ya sean 閟tos gases de petr髄eo (metano, butano y propano principalmente) o combustibles l韖uidos derivados del petr髄eo (queroseno, gasolina y gas髄eo). La aplicaci髇 se har� cuando los vol鷐enes de almacenamiento sean tales que puedan generar fen髆enos accidentales donde los valores de sobrepresi髇, radiaci髇 t閞mica y proyecci髇 de fragmentos que se alcancen puedan ser muy superiores a los valores de planificaci髇 de emergencias habituales, as� como a la posibilidad de generaci髇 de grandes columnas de humo negro t髕ico derivadas de incendios de gran alcance que afecten la globalidad de la instalaci髇. Esta aplicaci髇 ser� independiente del valor de la zona de intervenci髇 m醲ima presente en la evaluaci髇 del informe de seguridad de la instalaci髇.

  Finalmente, cuando en la fase de concreci髇 se verifica la no existencia de las casu韘ticas anteriores, el valor de la zona de indefensi髇 frente a la autoprotecci髇 se reduce a los valores indicados a continuaci髇:

  • a) 250 metros cuando no se den los supuestos antes indicados (altas capacidades de almacenamiento) en el caso de presencia de:
    • 1) gases licuados inflamables (especialmente gases licuados de petr髄eo),
    • 2) sustancias que pueden generar nubes inflamables, deflagraciones o explosiones,
    • 3) sustancias que pueden generar BLEVE (獴oiling Liquid Expanding Vapour Explosion� o 獷xplosi髇 por la expansi髇 de los vapores de los l韖uidos en ebullici髇�),
    • 4) sustancias t髕icas que no pueden producir grandes nubes t髕icas, ya sea por una toxicidad media-baja, por una temperatura de ebullici髇 elevada o por las condiciones de seguridad industrial concretas.
  • b) 100 metros en el caso de presencia de sustancias l韖uidas inflamables o muy inflamables que no pueden generar nubes inflamables ni deflagraciones
  • c) 50 metros en el resto de casos.

  Para aplicar estos valores se han de tener en cuenta:

  • a) las sustancias peligrosas que en cantidad individual superen el umbral de nivel bajo de la categor韆 correspondiente de la normativa de accidentes graves (columna 2 de la parte 1 o parte 2 del anexo 1 del Real decreto 1254/1999);
  • b) o cuando la suma de las sustancias peligrosas que corresponden a una misma categor韆 superen este umbral bajo,
  • c) o cuando la evaluaci髇 del informe de seguridad de la instalaci髇 de nivel alto contemple los escenarios accidentales correspondientes a la tipolog韆 de sustancias peligrosas,
  • d) o cuando las circunstancias concretas de seguridad de la instalaci髇 y el entorno as� lo hacen necesario en base a la experiencia de gesti髇 de emergencias.

  Los valores anteriores aplican siempre y cuando sean superiores al valor m醲imo de la zona de intervenci髇 presente en la evaluaci髇 del informe de seguridad de la instalaci髇.

• B) Resto de instalaciones de riesgo.

  Para las instalaciones industriales no afectadas por el nivel alto de la normativa de accidentes graves, la fase de concreci髇 de la definici髇 de la zona de indefensi髇 frente a la autoprotecci髇 ha de tener en cuenta las mismas consideraciones especificadas en el apartado anterior para las instalaciones afectadas por el nivel alto, pero adem醩 se deben considerar los aspectos siguientes:

  • a) las instalaciones no afectadas por el nivel alto de la normativa de accidentes graves no tienen la obligaci髇 de calcular las zonas de afectaci髇 y por tanto no se dispone de zonas de intervenci髇. Por tanto, la estimaci髇 de los valores de zona de intervenci髇, cuando sea necesario, se hace a partir de los valores medios correspondientes a las hip髏esis accidentales que se pueden esperar para instalaciones de nivel alto con caracter韘ticas de riesgo similares (actividad, medidas preventivas y tipolog韆 de sustancias y cantidades similares), es decir, a partir de los valores medios recogidos en las evaluaciones de los informes de seguridad de las instalaciones afectadas por el nivel alto de la normativa de accidentes graves con caracter韘ticas de riesgo similares.
  • b) El resto de consideraciones descritas en el apartado anterior se pueden aplicar directamente, excepto en aquellos casos donde la presencia de cantidades no significativas en las instalaciones permita a la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil la reducci髇 del valor de la zona de indefensi髇 frente a la autoprotecci髇.
  • c) Sin embargo, y aunque la normativa sectorial no obliga a esta tipolog韆 de instalaciones industriales a elaborar el an醠isis de riesgo donde se calculen los posibles escenarios accidentales y sus consecuencias, en virtud de los art韈ulos 3.n) y 4.d) del Decreto 174/2001, de 26 de junio, por el que se regula la aplicaci髇 en Catalu馻 del Real decreto 1254/1999, en los casos en que proceda se puede solicitar este an醠isis de riesgo y su evaluaci髇 por parte del 髍gano competente de la Generalidad de Catalu馻, para la determinaci髇 del valor de la zona de indefensi髇 frente a la autoprotecci髇. De esta forma, la definici髇 de esta zona se realizar韆 tal y como se detalla para las instalaciones industriales afectadas por el nivel alto de la normativa de accidentes graves.

4.3.3. Tercera fase o fase de mitigaci髇.

Para todos los desarrollos urban韘ticos e independientemente de la tipolog韆 de instalaci髇 de riesgo (dispongan o no de evaluaci髇 de informe de seguridad) se puede considerar una fase de mitigaci髇 consistente en establecer medidas estructurales y de prevenci髇 a aplicar en estos desarrollos, por tal de permitir mitigar el riesgo considerado derivado de las instalaciones industriales que manipulan sustancias peligrosas, las cuales definen las condiciones para considerar la distancia m韓ima asociada a la zona de indefensi髇 frente a la autoprotecci髇. Estas medidas estructurales se han de incluir en las previsiones del plan, programa o proyecto urban韘tico con carga en el desarrollo urban韘tico.

4.3.3.1. Las medidas estructurales se asocian tanto a los fen髆enos de tipo qu韒ico (nubes t髕icas), como a los fen髆enos de peligro f韘ico (radiaci髇 t閞mica en el caso de incendios, sobrepresi髇 e impulso en el caso de explosiones y proyecci髇 de fragmentos), diferenciando as� dos tipolog韆s de medidas que pueden ser las siguientes:

• A) Medidas frente a los fen髆enos qu韒icos de toxicidad: instalaci髇 y mantenimiento de una red perimetral de sensores que permitan la detecci髇 primaria de la presencia de sustancias t髕icas. Es necesario que las medidas de esta red se puedan recoger de manera autom醫ica (online) en el CECAT (Centro de Coordinaci髇 Operativa de Catalu馻), por tal de poder minimizar los tiempos de actuaci髇 y aplicaci髇 de los protocolos de gesti髇 de emergencias.

  El dise駉 de la red ha de considerar las caracter韘ticas de las sustancias peligrosas presentes, en la medida de la disponibilidad de esta informaci髇, as� como las tecnolog韆s de detecci髇 disponibles. As� mismo, se debe considerar una protecci髇 perimetral frente al elemento de riesgo que evite dejar puntos oscuros. El dise駉 y ubicaci髇 concreta de la red se ha de facilitar a la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil.

  A las medidas anteriores hay que a馻dir la instalaci髇, implantaci髇 y mantenimiento de sirenas de aviso a la poblaci髇 (las tareas de implantaci髇 y mantenimiento incluyen los simulacros, las pruebas de sirenas y todas las acciones de informaci髇 a la poblaci髇). Por tanto, el municipio tambi閚 ha de elaborar o actualizar el plan de emergencias municipal (Plan de Actuaci髇 Municipal por el riesgo qu韒ico en establecimientos que manipulan sustancias peligrosas) como requisito. Estas medidas se han de incluir en las previsiones del plan, programa o proyecto.

  En conjunto estas medidas han de permitir reducir las distancias de seguridad hasta 350 metros en el caso de las nubes t髕icas, considerando la reducci髇 del tiempo necesario para la detecci髇 del fen髆eno de toxicidad.

• B) Medidas frente a los fen髆enos f韘icos: la previsi髇 y concreci髇 de barreras f韘icas entre las instalaciones y el elemento vulnerable que permitan soportar los fen髆enos f韘icos de radiaci髇 t閞mica y sobrepresi髇 que determinan las franjas de seguridad o zona no urbana recogidas en este anexo, han de reducir el valor de la franja hasta valores m韓imos. El dise駉 de la estructura de protecci髇 ha de soportar las intensidades de los fen髆enos de peligro siguientes:
  • a) Radiaci髇 t閞mica: 37 kw/m�.
  • b) Sobrepresi髇: 350 mbar.
  • c) Alcance de proyecci髇 de fragmentos mayores.

  A la vez la estructura ha de permitir que en el 醡bito territorial posterior objeto de protecci髇 no se alcancen las intensidades de los fen髆enos de peligro siguientes:

  • a) Radiaci髇 t閞mica: 8 kw/m�.
  • b) Sobrepresi髇: 60 mbar.
  • c) Alcance de fragmentos menores.

  Esta medida preventiva se podr� reforzar con la previsi髇 de reducciones de cota de los proyectos urban韘ticos de forma que queden a una cota inferior a la correspondiente a la instalaci髇 industrial y se favorezca el efecto de pantalla.

  El valor final de la zona de indefensi髇 frente a la autoprotecci髇 ha de ser:

  • a) 250 metros si inicialmente era 500 metros.
  • b) 100 metros si inicialmente era 250 metros.
  • c) 50 metros si inicialmente era 100 metros (en este caso se corresponde a incendios sin deflagraci髇 de forma que solo hay que tener en cuenta en el dise駉 de la barrera f韘ica los efectos de radiaci髇 pero no los de sobrepresi髇 y proyecci髇 de fragmentos).

  Este valor final est� asociado a la incertidumbre derivada de la determinaci髇 de la trayectoria de los proyectiles y del avance de las nubes inflamables, pero tambi閚 a la consideraci髇 de un espacio de seguridad entre la barrera f韘ica y los primeros elementos vulnerables que asegure que los posibles efectos sobre la barrera no repercutan en la poblaci髇.

  Las barreras f韘icas podr醤 ser sustituidas por motas o dunas del terreno implantadas de forma que se evite el contacto visual entre los elementos vulnerables y las actividades industriales, y por tanto que aseguren la protecci髇 f韘ica en caso de emergencia.

  El dise駉 (material, forma, altura, longitud o ancho, entre otros) y la ubicaci髇 exacta (como distancia a la v韆 u otros) de la estructura de protecci髇 deber� estar validada a trav閟 de c醠culos t閏nicos mediante simuladores y herramientas avanzadas que permitan alcanzar un grado de fiabilidad suficiente en el dise駉 global de la medida de protecci髇. Se considera que todas las medidas anteriores han de contar con el informe favorable de la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil.

4.3.3.2. A parte de las medidas estructurales anteriores existen otros factores de car醕ter ambiental y orogr醘ico que permiten minimizar las distancias inicialmente previstas asociadas a las nubes t髕icas. Estas son las siguientes:

• A) Orograf韆.

  El comportamiento del fen髆eno de la nube t髕ica presenta dos tendencias extremas: por una parte, nubes t髕icas donde en su desplazamiento la componente gravitatoria tiene un papel importante de forma que tienen dificultad para elevarse (como m韓imo inicialmente) y por tanto se desplazan a ras de suelo, comportamiento denominado de gases densos o pesados; y por otra parte, el resto de nubes t髕icas donde a la vez que se produce un desplazamiento longitudinal tambi閚 se produce un desplazamiento vertical de este y por tanto se elevan desde el inicio, comportamiento denominado de gases ligeros o neutros.

  Para uno y otro caso, se ha estudiado como influencian las diferencias orogr醘icas en la afectaci髇 a la poblaci髇 por motivo de la dificultad de las nubes t髕icas de alcanzar determinadas alturas cuando son gases densos o pesados, y tambi閚 la dificultad de los gases ligeros de afectar a valles y zonas bajas ya que tienen tendencia a elevarse desde el inicio de la emergencia. De este estudio surgen las propuestas de reducci髇 de la zona de indefensi髇 frente a la autoprotecci髇 derivada de nube t髕ica, que se describen seguido:

  • a) En aquellos casos en que las zonas urbanas o de poblaci髇 que se prev閚 se ubiquen por debajo del punto de riesgo o de emisi髇, se puede reducir la distancia de seguridad considerada para la nube t髕ica hasta un 50%, siempre y cuando la diferencia de altura sea superior a 50 metros y se disponga de datos suficientes como para asegurar que en las instalaciones no hay presencia significativa (>10%) de gases con densidades superiores a 1,2 veces el aire, gases licuados o gases refrigerados que se comporten inicialmente como gases densos o pesados.
  • b) Si la poblaci髇 se ubica por encima del punto de riesgo, la reducci髇 en las zonas de seguridad asociadas a nubes t髕icas tambi閚 puede ser de un 50% en su valor, siempre y cuando la diferencia de cota sea superior a 50 metros y la presencia de gases neutros o de comportamiento gausiano sea no representativa (<10%) de manera que los gases t髕icos presentes se correspondan con gases densos o con comportamiento de gas denso.
• B) Vientos predominantes y trayectorias de desplazamientos.

  Por otra parte, la afectaci髇 a las poblaciones en caso de nube t髕ica est� muy condicionada por las particularidades de las condiciones atmosf閞icas en el momento de la emergencia, y muy especialmente por la velocidad y direcci髇 del viento. As�, para una zona potencialmente afectada se puede determinar a trav閟 de un amplio y exhaustivo estudio de la distribuci髇 de los vientos, que existen componentes o direcciones del viento muy probables, a la vez que existen otras poco probables o muy poco probables. Para estas 鷏timas, se puede considerar que ser� menos probable la afectaci髇 a la poblaci髇 en caso de emergencia y por tanto que el riesgo a considerar ha de ser inferior.

  Por este motivo, se establecen las propuestas de reducci髇 de la zona de indefensi髇 frente a la autoprotecci髇 derivada de nube t髕ica, que se describen seguido:

  • a) El estudio de los datos meteorol骻icos y m醩 concretamente de las componentes del viento, permiten la reducci髇 de las franjas de seguridad asociadas a nubes t髕icas y nubes inflamables en un 50%, siempre que las componentes del viento hacia la zona de desarrollo urban韘tico prevista representen un valor inferior al 12,5% del total. En el caso de que el peso espec韋ico de las componentes sea inferior al 5%, las franjas de seguridad a considerar para nubes t髕icas y nubes inflamables son un 25% del valor inicialmente indicado.

    Para determinar las zonas de viento predominante, se divide el territorio en octanos de 45 grados cada uno, se determina el peso porcentual de cada uno de los octanos en relaci髇 a la componente del viento y se identifica el octano en el que se prev� el desarrollo urban韘tico.

    Los datos meteorol骻icos, componente o direcci髇 del viento, han de tener el origen en la red de estaciones meteorol骻icas autom醫icas (XEMA) del Servicio Meteorol骻ico de la Generalidad de Catalu馻. En caso que los datos no formen parte de la XEMA, estas deber醤 estar validadas por los servicios del Departamento de Medio Ambiente y Vivienda.

  • b) Del estudio de datos meteorol骻icos y concretamente de la velocidad y componente del viento en diferentes momentos, se pueden modelar trayectorias temporales (cada cierto tiempo, como por ejemplo cada 2 o 3 horas) a partir de la suma vectorial (velocidad y direcci髇) del viento. Estas trayectorias permiten definir el punto final que alcanzar韆 una part韈ula transportada por el viento teniendo en cuenta los diferentes cambios en la componente del viento y sus velocidades (y suponiendo siempre un comportamiento de tipo gausiano, es decir, suponiendo que no hay componente gravitatoria). Si en el estudio de las trayectorias se concluye que en la zona donde se prev� el desarrollo urban韘tico finalizan menos de un 12,5% del total, las franjas de seguridad asociadas a nubes t髕icas y nubes inflamables se reducen en un 50%. Si finalizan menos del 5% las franjas de seguridad a considerar para nubes t髕icas y nubes inflamables son un 25% del valor inicialmente indicado.

    Para este estudio tambi閚 hay que dividir el territorio en octanos de 45 grados y determinar en qu� octano finaliza cada una de las trayectorias temporales calculadas.

    En este caso, los datos meteorol骻icos (tanto de velocidad del viento como de componente o direcci髇) tambi閚 han de tener el origen en la red de estaciones meteorol骻icas autom醫icas (XEMA) del Servicio Meteorol骻ico de la Generalidad de Catalu馻 o, en caso contrario, estar validadas por los servicios del Departamento de Medio Ambiente y Vivienda.

    Resumen del valor de la zona de indefensi髇 frente a la autoprotecci髇 en funci髇 de las sustancias peligrosas presentes y las medidas preventivas o de reducci髇 del riesgo aplicadas:

    S: sin medidas preventivas; C: con medidas preventivas.

    Tipolog韆 de sustancias peligrosas	Descripci髇 del fen髆eno	Valor zona (en metros)
    		S	C
    Gases t髕icos y l韖uidos t髕icos con punto de ebullici髇 bajo	Nube t髕ica	500	350 (sensores de detecci髇 de t髕icos)
    Gases licuados extremadamente inflamables	BLEVE	500	250 (barreras f韘icas para radiaci髇 y sobrepresi髇)
    Combustibles l韖uidos muy inflamables en grandes centros de distribuci髇 log韘tica	Grandes incendios, deflagraciones y/o explosiones	500	250 (barreras f韘icas para radiaci髇 y sobrepresi髇)
    L韖uidos muy inflamables (punto ebullici髇 bajo)	Nube Inflamable Explosi髇 Dardo de fuego	250	100 (barreras f韘icas para radiaci髇 y sobrepresi髇)
    L韖uidos inflamables	Incendio de Charco	100	50 (barreras f韘icas para radiaci髇)
    Resto de casos	Vertidos contaminantes y similares	50	50

    No se indican las reducciones por orograf韆 y viento que se pueden aplicar.

4.4. Control de elementos vulnerables compatibles: zona de intensidad l韒ite en el exterior.

4.4.1. Instalaciones afectadas por el nivel alto de la normativa de accidentes graves.

Como se ha indicado anteriormente, las industrias afectadas por el nivel alto de la normativa de accidentes graves han de elaborar informes de seguridad que contemplen los escenarios accidentales asociados a sus instalaciones as� como las zonas de afectaci髇 que se deriven, seg鷑 los criterios establecidos en la normativa vigente. Este informe de seguridad es evaluado desde la Generalidad de Catalu馻, actualmente por la Subdirecci髇 General de Seguridad Industrial del Departamento de Innovaci髇, Universidades y Empresa por tal de obtener los escenarios accidentales con las distancias de afectaci髇 validadas des de la Administraci髇 p鷅lica.

Entre los c醠culos incorporados se encuentra el c醠culo de la zona LC1% usado para la definici髇 de la zona de intensidad l韒ite en el exterior. Esta zona se corresponde con la de mayor intensidad del fen髆eno de peligro, es decir, el 醡bito donde su capacidad de afectar a la poblaci髇 o a los elementos vulnerables es extremo o superior al valor medio de la zona de planificaci髇 de emergencia. Por tanto, con esta zona se identifica el 醡bito extremo o de mayor intensidad del peligro en que los elementos vulnerables quedan expuestos de forma tal que la no aplicaci髇 de las medidas de autoprotecci髇 da lugar a unos efectos especialmente intensos.

De acuerdo con lo que se ha expuesto, se considera que no son viables, en relaci髇 al riesgo qu韒ico en instalaciones que manipulan sustancias peligrosas, las previsiones de desarrollo urban韘tico con implantaci髇 de elementos vulnerables (edificaci髇 residencial o viviendas, 醡bitos de p鷅lica concurrencia y 醡bitos de ocio) en el interior de las zonas correspondientes a la zona de intensidad l韒ite en el exterior. No obstante, se except鷄n los usos industriales siempre y cuando estos se destinen a una actividad industrial compatible con la presencia de instalaciones consideradas de riesgo (Seveso) y el responsable del desarrollo urban韘tico asegure las previsiones y requisitos que se incorporan en el apartado 4.5 de este anexo en relaci髇 a la zona de confinamiento general.

4.4.2. Resto de instalaciones.

Con car醕ter excepcional, se puede estimar la zona de intensidad l韒ite en el exterior para instalaciones de riesgo no afectadas por el nivel alto de la normativa de accidentes graves cuando des de un punto de vista t閏nico de la seguridad se considere procedente, especialmente valorando el caso concreto tanto respecto a la tipolog韆 del riesgo concreto de la instalaci髇 industrial como respecto a las caracter韘ticas concretas del planeamiento urban韘tico y muy concretamente a la vulnerabilidad resultante (exposici髇 de elementos vulnerables al peligro concreto).

Esta estimaci髇 se realiza a partir de los valores medios de la zona de intensidad l韒ite en el exterior correspondientes a las hip髏esis accidentales que se pueden esperar para instalaciones de nivel alto con caracter韘ticas de riesgo similares (actividad, medidas preventivas y tipolog韆 de sustancias y cantidades similares), es decir, a partir de las evaluaciones de los informes de seguridad de las instalaciones afectadas por el nivel alto de la normativa de accidentes graves con caracter韘ticas de riesgo similares. Los criterios de riesgo limitadores de la viabilidad a aplicar en estos casos son los mismos que los considerados para las instalaciones industriales afectadas por el nivel alto de la normativa de accidentes graves.

Como en el caso de la definici髇 de la zona de indefensi髇 frente a la autoprotecci髇, en virtud de los art韈ulos 3.n) y 4.d) del Decreto 174/2001, de 26 de junio, y si procede, se puede solicitar el an醠isis de riesgo y su evaluaci髇 por parte del 髍gano competente de la Administraci髇 de la Generalidad de Catalu馻, para la determinaci髇 del valor de la zona de intensidad l韒ite en el exterior seg鷑 el procedimiento descrito para las instalaciones afectadas por el nivel alto de la normativa de accidentes graves.

4.4.3. Grupos cr韙icos de poblaci髇: elementos especialmente vulnerables.

Hay que tener en cuenta que la zona de intensidad l韒ite en el exterior (y tambi閚 el resto de zonas de afectaci髇 como por ejemplo la zona de intervenci髇 o de confinamiento general) est� definida para un valor de peligrosidad concreto (como la radiaci髇, la toxicidad o la sobrepresi髇) que es el valor alcanzado en el l韒ite de la zona, si bien en el interior se alcanzan valores superiores. Por tanto, las zonas de afectaci髇 se caracterizan por una criticidad o afectaci髇 gradual y no homog閚ea, ya que en los 醡bitos territoriales m醩 cercanos al foco de la emergencia la intensidad del fen髆eno o peligro es muy elevada y tiene una criticidad o una afectaci髇 a la poblaci髇 m醩 elevada. Esta criticidad disminuye (no linealmente sino con relaciones exponenciales) a medida que se aleja del foco de emergencia.

Hay que considerar tambi閚 que la estimaci髇 de las zonas de afectaci髇 responde a criterios de vulnerabilidad media de los elementos vulnerables, es decir, se considera la poblaci髇 homog閚ea sin presencia de grupos cr韙icos o especialmente vulnerables (como ni駉s, gente mayor o enfermos cr髇icos, entre otros). Por tanto, este valor de intensidad l韒ite en el exterior es el propio de los elementos vulnerables pero no el de los especialmente vulnerables (grupos cr韙icos de poblaci髇) donde este valor es superior ya que para la misma dosis (par醡etro f韘ico-qu韒ico de peligro y tiempo de exposici髇) los efectos son superiores.

En base a los aspectos anteriores, cuando los desarrollos urban韘ticos planteen la ubicaci髇 de grupos cr韙icos de poblaci髇 (elementos especialmente vulnerables) la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil puede establecer para estos grupos cr韙icos una zona de intensidad l韒ite en el exterior espec韋ica. En consecuencia, de acuerdo con el criterio t閏nico de esta Direcci髇 General de Protecci髇 Civil se puede establecer que para estos elementos especialmente vulnerables la zona de intensidad l韒ite en el exterior ha de corresponder al valor LC1% propio de los grupos cr韙icos o poblaciones especialmente vulnerables. Si no se dispone de este valor, se puede utilizar el valor o distancia correspondientes a 1/4 de la zona de intervenci髇, especialmente cuando se trate de nubes t髕icas de gran alcance.

A los efectos indicados, los grupos cr韙icos de poblaci髇 se definen de la manera siguiente:

• a) Poblaci髇 cr韙ica por enfermedades: poblaci髇 con problemas respiratorios, limitaciones en el movimiento y en las capacidades auditivas y, en general, con disminuciones reconocidas legalmente.
• b) Poblaci髇 cr韙ica por grupo de edad: menores de 5 a駉s y mayores de 74 a駉s.
• c) Otros grupos de poblaci髇 que se puedan definir como especialmente vulnerables o susceptibles de ser m醩 vulnerables a la peligrosidad de la emergencia.

Por tanto, los elementos especialmente vulnerables a los que se podr韆n aplicar las limitaciones antes descritas son los que puedan presentar los grupos de poblaci髇 que se acaban de especificar.

4.5. Control de la vulnerabilidad y del crecimiento m醲imo: zona de confinamiento general.

4.5.1. Instalaciones afectadas por el nivel alto de la normativa de accidentes graves.

4.5.1.1. Este control corresponde aproximadamente con la zona de intervenci髇 recogida en las evaluaciones de los informes de seguridad. Respecto a las previsiones de desarrollos urban韘ticos (independientemente de la tipolog韆 de uso de estos) previstos en el interior de la zona de confinamiento general y que, por tanto, suponen el aumento o la incorporaci髇 de poblaci髇 a la zona de intervenci髇, hay que considerar lo siguiente:

• A) El aumento de poblaci髇 incluida en la zona de intervenci髇 y, en general, en zonas de afectaci髇, supone el aumento del riesgo por efecto del incremento de los elementos vulnerables, es decir, de la poblaci髇 expuesta al riesgo.
• B) La poblaci髇 incluida en zonas de riesgo, especialmente en zona de intervenci髇, queda sometida a la aplicaci髇 del confinamiento como medida de autoprotecci髇 m醩 adecuada. Para que el confinamiento se pueda aplicar hay que disponer de medios de aviso a la poblaci髇 por parte de la Administraci髇 p鷅lica. Por tanto, en los territorios de poblaci髇 incluidos en la zona de intervenci髇 es necesaria la instalaci髇 de sistemas de aviso a la poblaci髇.
• C) Los sectores de desarrollo urban韘tico previstos en el interior (total o parcialmente) de la zona de intervenci髇 se consideran compatibles siempre y cuando el municipio instale los medios de aviso a la poblaci髇 en caso de emergencia (sirenas de aviso a la poblaci髇) en los 醡bitos territoriales de los sectores de desarrollo previstos incluidos en el interior de la zona de intervenci髇. La instalaci髇 comporta tambi閚 la implantaci髇 (mediante campa馻s de informaci髇, simulacros y pruebas de sirenas) as� como su mantenimiento. Por tanto, el municipio tambi閚 ha de elaborar o actualizar el plan de emergencias municipal (Plan de Actuaci髇 Municipal por riesgo qu韒ico en establecimientos que manipulan sustancias peligrosas) como requisito. Estas medidas se han de incluir en los proyectos, planes o programas correspondientes a cargo del desarrollo urban韘tico.

4.5.1.2. En cuanto al aseguramiento de las capacidades de gesti髇 de los escenarios posibles, la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil considera la presencia de un valor m醲imo de poblaci髇 en la zona de confinamiento general, a los efectos de asegurar la capacidad de confinamiento de 閟ta. Para definir y aplicar este criterio de vulnerabilidad controlada (poblaci髇 m醲ima presente) se selecciona un subconjunto de escenarios contemplados en las evaluaciones de los informes de seguridad de los establecimientos afectados por la normativa de accidentes graves respecto del total de escenarios vigentes en base a criterios previamente definidos de gestionabilidad de las situaciones actualmente existentes. En consecuencia, se establecen dos grupos de escenarios:

• A) Escenarios I: conjunto de escenarios correspondientes a todos aquellos no calificados como potencialmente no gestionables (por tanto, el diferencial entre todos los escenarios vigentes y los escenarios II descritos a continuaci髇). Se aplican al control de la implantaci髇 de nuevos elementos vulnerables por lo que respecta a:
  • a) el control de las tipolog韆s de elementos vulnerables mediante la zona de indefensi髇 frente a la autoprotecci髇 y la zona de intensidad m醲ima en el exterior;
  • b) y la vulnerabilidad controlada (presencia m醲ima de poblaci髇 en la zona de confinamiento general tal como se describe m醩 adelante) mediante la zona de confinamiento general.
• B) Escenarios II: conjunto de escenarios calificados como potencialmente no gestionables en base a criterios previamente definidos por la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil que tienen en cuenta la capacidad de respuesta m醲ima del sistema global de protecci髇 civil actual, la fiabilidad humana en la aplicaci髇 de las medidas de autoprotecci髇 y las potenciales afectaciones a la poblaci髇, es decir, se valora el n鷐ero de poblaci髇 potencialmente afectada (especialmente en el caso de nubes t髕icas) y presente en la zona de confinamiento general. En concreto, se califican como potencialmente no gestionables los escenarios accidentales que actualmente suponen la presencia de m醩 de 20.000 habitantes en un octano de la zona de confinamiento general (sector de 45 grados de la zona circular te髍ica); este conjunto de escenarios pertenecen al 醡bito de trabajo preventivo a trav閟 de la definici髇 de actuaciones preventivas y correctoras del riesgo para su reducci髇 y solo se aplican al control de la implantaci髇 de elementos vulnerables con la definici髇 de un criterio temporal de crecimiento controlado.

4.5.1.3. En consecuencia, se establece lo siguiente:

• A) Para los 醡bitos incluidos en la zona de confinamiento general (zona de intervenci髇) de los escenarios I no se consideran viables incrementos de la poblaci髇 que supongan sobrepasar los 20.000 habitantes para un octano de la zona de intervenci髇 (sector de 45 grados de la zona circular te髍ica) de un escenario accidental individualmente (no para la envolvente global).
• B) Para los 醡bitos que no est醤 incluidos en la zona de confinamiento general (zona de intervenci髇) de los escenarios I pero que s� lo est醤 en los escenarios II (calificados como no gestionables seg鷑 los criterios previamente definidos y que, por tanto, superar韆n la cifra de 20.000 personas en el octano de la zona de confinamiento general), se establece un crecimiento contenido temporal de forma que hasta la finalizaci髇 de esta afectaci髇 temporal el crecimiento urbano ser� moderado. Este crecimiento corresponde con el valor de un incremento del 33% de la poblaci髇 de cualquier unidad urbana o del conjunto de la poblaci髇 afectada en este 醡bito.

Con esta diferenciaci髇 de los escenarios I y II se evita traspasar al urbanismo singularidades que por si mismas no deber韆n formar parte del escenario habitual de trabajo de la gesti髇 del riesgo qu韒ico en instalaciones industriales que manipulan sustancias peligrosas. Estos criterios han sido previamente definidos y fijados por el proceso de identificaci髇 homog閚eo de escenarios no gestionables en Catalu馻, que de otra forma supondr韆n amplias restricciones a las capacidades de desarrollos urban韘ticos de los municipios.

4.5.2. Resto de instalaciones.

Con car醕ter general, no se establecen medidas condicionantes respecto a las zonas de intervenci髇 de instalaciones industriales no afectadas por el nivel alto de la normativa de accidentes graves ya que la normativa citada no obliga a disponer de distancias calculadas y evaluadas por la Administraci髇.

No obstante, en casos excepcionales, y cuando desde un punto de vista t閏nico de la seguridad se considere procedente, especialmente valorando el caso concreto tanto respecto a la tipolog韆 de riesgo concreto de la instalaci髇 industrial como respecto a las caracter韘ticas concretas del planeamiento urban韘tico y muy concretamente a la vulnerabilidad resultante (exposici髇 de elementos vulnerables al peligro concreto), la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil puede estimar valores de zona de intervenci髇 y por tanto de confinamiento general. Esta estimaci髇 se ha de realizar a partir de los valores medios de la zona de intervenci髇 correspondientes a las hip髏esis accidentales que se pueden esperar para instalaciones de nivel alto con caracter韘ticas de riesgo similares (actividad, medidas preventivas y tipolog韆 de sustancias y cantidades similares), es decir, a partir de las evaluaciones de los informes de seguridad de las instalaciones afectadas por el nivel alto de la normativa de accidentes graves con caracter韘ticas de riesgo similares. Los criterios condicionantes a aplicar en estos casos son los mismos que los considerados para las instalaciones industriales afectadas por el nivel alto de la normativa de accidentes graves.

Como en el caso de la definici髇 de la zona de indefensi髇 frente a la autoprotecci髇 y la zona de intensidad l韒ite en el exterior, en virtud de los art韈ulos 3.n) y 4.d) del Decreto 174/2001, de 26 de junio, y si procede, se puede solicitar el an醠isis de riesgo y su evaluaci髇 por parte del 髍gano competente de la Administraci髇 de la Generalidad de Catalu馻, para la determinaci髇 del valor de la zona de intervenci髇 seg鷑 el procedimiento descrito para las instalaciones afectadas por el nivel alto de la normativa de accidentes graves.

4.6. Excepciones.

4.6.1. Excepciones por vulnerabilidad.

En atenci髇 al hecho que los criterios de compatibilidad entre la implantaci髇 de elementos vulnerables y la gesti髇 del riesgo qu韒ico en instalaciones que manipulan sustancias peligrosas est醤 asociados a los riesgos de protecci髇 civil, es decir, a los riesgos colectivos, y que estos dependen de la presencia de p鷅lica concurrencia y la potencial afectaci髇 generalizada de 閟ta, se establecen excepciones a la aplicaci髇 de los criterios previstos en este anexo para determinadas tipolog韆s de elementos vulnerables bajo condiciones concretas, cuando se puede considerar que no se generar韆n situaciones de riesgo colectivo.

Por otra parte, estas excepciones dan respuesta a las necesidades urban韘ticas que se han detectado por parte de la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil durante su participaci髇 en la tramitaci髇 de diversos elementos de planeamiento urban韘tico concretos (planes directores urban韘ticos, planes de ordenaci髇 urban韘tica municipal y modificaciones de estos), es decir durante su implantaci髇. En este sentido, responden a las demandas notificadas por parte de los 髍ganos responsables del planeamiento urban韘tico y de infraestructuras, a ra韟 de las reuniones y contactos que se han realizado con organismos tanto municipales como de la Administraci髇 de la Generalidad de Catalu馻.

En todo caso, estas excepciones no hacen referencia a la aplicaci髇 de las medidas preventivas y compensatorias del riesgo descritas para la zona de aseguramiento de la autoprotecci髇 (barreras, sensores, sirenas) que se han de aplicar para que puedan ser viables los usos excepcionales en el interior de la zona que se describen seguido:

• A) Compleci髇 de n鷆leos urbanos.

  En funci髇 de las caracter韘ticas concretas del riesgo de las instalaciones industriales y del incremento de la vulnerabilidad resultante del planeamiento urban韘tico, se except鷄 la aplicaci髇 de la zona de indefensi髇 frente a la autoprotecci髇 y de la zona de intensidad l韒ite en el exterior a planeamientos urban韘ticos de compleci髇 de n鷆leos urbanos siempre y cuando la vulnerabilidad no se incremente en m醩 de un 5% y que este no suponga en valor absoluto m醩 de 500 personas.

  Se considera que los incrementos de poblaci髇 superiores a los valores porcentuales o absolutos anteriores suponen un aumento significativo de la vulnerabilidad del 醡bito y que requieren de la asignaci髇 de recursos operativos y de gesti髇 de emergencia superiores a los previamente requeridos.

• B) Zonas verdes y de ocio.

  Hay que tener en cuenta que gran parte de los desarrollos urban韘ticos que generan nuevos sectores urbanos con uso residencial requieren de la existencia de zonas verdes que compensen la edificabilidad prevista para dar cumplimiento, entre otros, a las prescripciones medioambientales. Por tanto, teniendo en cuenta que existen 醡bitos territoriales afectados por la zona de intensidad l韒ite en el exterior que superan los 醡bitos de la zona de indefensi髇 frente a la autoprotecci髇 correspondiente, y a la vez que la distancia al foco del origen en estos 醡bitos permite margen de actuaci髇 en la gesti髇 de la emergencia (aviso a la poblaci髇 y aplicaci髇 de las medidas de autoprotecci髇), se considera que en los 醡bitos antes definidos se pueden implantar zonas verdes y de ocio siempre y cuando se de cumplimiento a los requisitos siguientes:

  • 1. El dise駉 de estos espacios ha de evitar que su uso cotidiano genere condiciones de p鷅lica concurrencia que a la vez puedan suponer afectaciones colectivas en caso de emergencia por riesgo qu韒ico en instalaciones que manipulan sustancias peligrosas. As�, el dise駉 ha de prever que no se supera la cifra de 500 personas en estos 醡bitos, y que hay condiciones estructurales que generan baja densidad de poblaci髇. Los dise駉s han de prever la utilizaci髇 de recursos como por ejemplo zonas de arboleda y jardines no transitables, lagos o masas de agua, o de otros similares, para asegurar que se da cumplimiento a los valores anteriores.
  • 2. Las zonas no se han de destinar ni total ni parcialmente a poblaci髇 especialmente vulnerable como son los ni駉s, la gente mayor y las personas con movilidad reducida o similares (como enfermos cr髇icos, entre otros). Por tanto, no se han de prever parques infantiles ni 醨eas de juego.
  • 3. No se pueden realizar actividades, ni puntuales ni permanentes, que supongan la p鷅lica concurrencia como por ejemplo: ferias, exposiciones, actividades deportivas, conciertos, zonas de picnic o zonas de camping, entre otros.
• C) Elementos vulnerables no residenciales, de p鷅lica concurrencia limitada y condiciones de vulnerabilidad controladas.

  Vistas tambi閚 las consideraciones antes especificadas, en los 醡bitos territoriales afectados por la zona de intensidad l韒ite en el exterior que superen a los 醡bitos de la zona de indefensi髇 frente a la autoprotecci髇 correspondiente, se permite la implantaci髇 de nuevos elementos vulnerables cuando estos no sean residenciales, est閚 asociados a usos laborales no industriales (estos ya se permiten con medidas compensatorias) y se cumplan los condicionantes siguientes:

  • 1. En ning鷑 caso se ha de tratar de actividades destinadas a la p鷅lica concurrencia en general y, por tanto, en ning鷑 caso podr醤 ser actividades de los sectores siguientes:
    • a) Educaci髇.
    • b) Hosteler韆 y alojamiento.
    • c) Restauraci髇.
    • d) Ocio, equipamientos deportivos y similares.
    • e) Locales comerciales.
    • f) Cualquier otra actividad basada en la p鷅lica concurrencia.
  • 2. Las actividades no se han de destinar en ning鷑 caso a grupos cr韙icos de poblaci髇, es decir, a poblaci髇 especialmente vulnerable como son ni駉s, gente mayor, personas con movilidad reducida, personas con enfermedades respiratorias o enfermos cr髇icos, entre otros. Espec韋icamente en ning鷑 caso se pueden prever las actividades siguientes:
    • a) Escuelas y centros educativos, especialmente parvularios, de educaci髇 infantil y primaria.
    • b) Hospitales y otros centros vinculados al tratamiento de enfermedades.
    • c) Residencias para gente mayor.
  • 3. Que las nuevas actividades limiten el n鷐ero m醲imo de simultaneidad de trabajadores a 250 personas por unidad (edificio) y que globalmente en el 醡bito afectado se mantengan condiciones de baja densidad de poblaci髇 en general, para evitar as� situaciones de p鷅lica concurrencia donde se pueda generar un riesgo colectivo en caso de emergencia en instalaciones que manipulan sustancias peligrosas.
  • 4. Es necesario que las nuevas actividades incorporen condiciones especiales de seguridad en relaci髇 al confinamiento y al tiempo de detecci髇 y respuesta frente a la emergencia que se pueden definir de forma concreta en funci髇 del tipo de actividad y que con car醕ter general son:
    • a) Automatismo de detecci髇 y aviso de emergencia: alarmas de aviso.
    • b) Instalaci髇 de sirenas de aviso a la poblaci髇 en el sector o 醡bito afectado.
    • c) Condiciones especiales de confinamiento: cierre autom醫ico de los sistemas de ventilaci髇, accesos y entradas de aire del exterior, capacidad de aislamiento para alcanzar un valor m醲imo de una renovaci髇 total de aire por hora en condiciones de confinamiento y capacidad para mantener el confinamiento en las condiciones antes citadas durante al menos 60 minutos. Por tanto, las edificaciones han de estar dise馻das para favorecer estas condiciones de buen confinamiento y es necesario que se doten en su dise駉 de medidas espec韋icas.
  • 5. En todo caso estas actividades han de disponer de un Plan de autoprotecci髇 homologado por la Comisi髇 de Protecci髇 Civil de Catalu馻.

En consecuencia, de acuerdo con los condicionantes anteriores, se pueden implantar actividades de uso administrativo (oficinas y similares) y almacenes que no sean locales comerciales, como por ejemplo centros log韘ticos de distribuci髇 interna de empresas, alquiler de espacios para guardar muebles o similares.

4.6.2. Excepciones de escenarios accidentales concretos.

La Direcci髇 General de Protecci髇 Civil no considera en la definici髇 de la zona de aseguramiento de la capacidad de autoprotecci髇 aquellos escenarios accidentales que desde un punto de vista t閏nico se valoren como de muy baja probabilidad. Estos escenarios pueden ser los siguientes:

• A) Aquellos que no cumplen los criterios de selecci髇 de escenarios accidentales para la elaboraci髇 del an醠isis de riesgo fijado por parte del 髍gano competente de la Administraci髇 de la Generalidad de Catalu馻, siempre y cuando el criterio t閏nico de gesti髇 de emergencias no sea contradictorio (es decir, determine que s� se debe tener en cuenta).
• B) Aquellos que no presenten zonas de intensidad l韒ite en el exterior, es decir, aquellos para los cuales el valor LC1% quede en el interior del l韒ite de la instalaci髇 industrial.
• C) Aquellos para los que la probabilidad de fuga de la sustancia peligrosa (entendida como el concepto 獿oss of Containment� tal y como se define en la publicaci髇 獹uidelines for Quantitative Risk Assessment� del TNO (玁etherlands Organisation for Applied Scientific Research�)) sea inferior a 10E-8
• D) Aquellos para los que la contribuci髇 al riesgo individual sea inferior al 0,1% (10E-3) del umbral de riesgo individual considerado como aceptable por parte del 髍gano competente en materia de seguridad industrial de la Administraci髇 de la Generalidad de Catalu馻.

As� mismo, tal y como se recoge en los apartados anteriores, se ha de evitar considerar aquellos escenarios accidentales que actualmente ya suponen situaciones de car醕ter potencialmente no gestionable, para evitar as� traspasar al urbanismo singularidades que por si mismas no deber韆n formar parte del escenario habitual de trabajo de la gesti髇 del riesgo qu韒ico en instalaciones industriales que manipulan sustancias peligrosas. Estas situaciones son las definidas como tal en el proceso de identificaci髇 de escenarios no gestionables por parte de la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil.

4.7. Resumen de elementos vulnerables compatibles en funci髇 de la zona de riesgo.

Elemento vulnerable
Zona (1)		Infraestructuras (calles, viales o carreteras, entre otros)	Industrial	Terciario	Residencial	Equipamientos
IEA		S�	S� con medidas compensatorias y no usos comerciales	No	Solo compleci髇 n鷆leos urbanos con l韒ite incremento poblaci髇 del 5% o 500 personas	No
ILE	< IEA	S�	S� con medidas compensatorias y no usos comerciales.	No	Solo compleci髇 n鷆leos urbanos con l韒ite incremento poblaci髇 del 5% o 500 personas	No
	> IEA	S�	S�	S� oficinas, almacenes no local comercial y similares con l韒ite 250 personas/edificio	Solo compleci髇 n鷆leos urbanos con l韒ite incremento poblaci髇 del 5% o 500 personas	Solo jardines y zonas verdes de baja densidad con capacidad de afluencia m醲ima de 500 personas
CG		S�	S�	S�	L韒ite de vulnerabilidad de 20.000 personas en el interior de un octano (45 grados) de la zona circular correspondiente a cualquier escenario de emergencia del conjunto escenarios I de las evaluaciones de los informes de seguridad de las instalaciones industriales. L韒ite de crecimiento del 33% para 醡bitos en zona de confinamiento de los escenarios II y en el exterior de la zona de los escenarios I	S�

En la web del Departamento de Interior, Relaciones Institucionales y Participaci髇 se publica un ejemplo de mapa de elementos vulnerables compatibles con el riesgo qu韒ico en instalaciones industriales que manipulan sustancias peligrosas.

4.8. Nota sobre las sustancias peligrosas presentes en instalaciones industriales.

En atenci髇 a que el riesgo qu韒ico en instalaciones que manipulan sustancias peligrosas presenta unas claras caracter韘ticas de cambio continuo, de manera que las sustancias peligrosas presentes cambian en tipo, n鷐ero y cantidad, se ha de considerar todo el proceso de cambio de acuerdo con las competencias que corresponden, actualmente, a la Subdirecci髇 General de Seguridad Industrial del Departamento de Innovaci髇, Universidades y Empresa.

5. Criterios de riesgo qu韒ico en el transporte de mercanc韆s peligrosas por carretera y ferrocarril.

...

6. Puntualizaciones al riesgo asumible y a la compatibilidad con el riesgo.

En cualquier caso se considera que la previsi髇 de calles, viales, carreteras e infraestructuras municipales en general (alcantarillado, red el閏trica, entre otros) son compatibles con cualquiera de las zonas de riesgo qu韒ico definidas en este anexo.

Por otra parte, los criterios anteriores se aplican al planeamiento urban韘tico: plan de ordenaci髇 urban韘tica municipal, plan parcial urban韘tico, plan de mejora urbana y plan especial urban韘tico. A la vez, las incompatibilidades, compatibilidades o medidas preventivas que incorporan los informes de la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil hacen siempre referencia exclusivamente a la parte del sector de desarrollo urban韘tico previsto, especialmente en suelo urbanizable, que se ubica en el interior de las franjas de seguridad que se indican en cada caso concreto. Por tanto, la consideraci髇 de no compatibilidad de una parte del sector no implica nunca la no compatibilidad del resto o totalidad de la previsi髇 de desarrollo.

As� mismo, estas medidas no se aplican sobre las situaciones ya existentes o los desarrollos ya ejecutados. Hay que diferenciar entre las situaciones actuales y futuras en cuanto a la aplicaci髇 de los criterios de compatibilidad teniendo en cuenta que, m醩 all� de las recomendaciones t閏nicas de diferenciar los criterios de compatibilidad de nuevas situaciones de los criterios de las situaciones ya existentes, el objetivo de los criterios descritos en este anexo es evitar generar situaciones de riesgo potencialmente no gestionables all� donde actualmente s� son gestionables. Por tanto, no se pueden aplicar los criterios para identificar situaciones actualmente no gestionables.

Anexo B

Criterios de control de la implantaci髇 de nuevos elementos vulnerables compatibles con la gesti髇 del riesgo nuclear.

1. Fundamento.

Estos criterios se fundamentan en la Ley 4/1997, de 20 de mayo, de protecci髇 civil de Catalu馻, en la Ley 6/2009, de 28 de abril, de evaluaci髇 ambiental de planes y programas, en el Decreto legislativo 1/2005, de 26 de julio, por el que se aprueba el Texto refundido de la Ley de urbanismo, as� como en leyes y normativas sectoriales de los riesgos de protecci髇 civil y normativa concordante.

2. 羗bito.

El 醡bito de los criterios afecta a los riesgos denominados de protecci髇 civil, de acuerdo con las competencias de la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil, respecto a la viabilidad de las actuaciones urban韘ticas que suponen una modificaci髇 sustancial del riesgo y, prioritariamente a las previsiones de desarrollo en suelo urbanizable, en relaci髇 con la gesti髇 de las emergencias colectivas y muy especialmente, en relaci髇 con el aseguramiento de las capacidades de protecci髇 por parte de los organismos p鷅licos a la poblaci髇 y de autoprotecci髇 de la poblaci髇 en las emergencias caracterizadas por ser s鷅itas y r醦idas, y concretamente frente a emergencias por riesgo nuclear asociado a las centrales generadoras de potencia.

3. Objetivos.

Se pretende establecer los criterios a aplicar por parte de la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil en la elaboraci髇 de informes en relaci髇 a la compatibilidad de la implantaci髇 de nuevos elementos vulnerables con la gesti髇 del riesgo nuclear asociado a las centrales generadoras de potencia en Catalu馻 (Asc� I y II y Vandell騭).

Los criterios se fijan en base a la definici髇 num閞ica (en metros) de franjas o zonas de seguridad donde se establecen las tipolog韆s de elementos vulnerables considerados compatibles con la gesti髇 del riesgo (en t閞minos de edificaciones residenciales, lugares de p鷅lica concurrencia o zonas de ocio y similares), la vulnerabilidad m醲ima y los condicionantes de la viabilidad de la implantaci髇 de estos elementos vulnerables (sistemas compensatorios), con el objetivo de alcanzar condiciones que permitan el aseguramiento de la autoprotecci髇 y evitar la definici髇 de escenarios donde la materializaci髇 de las emergencias por riesgo nuclear pueda ser potencialmente no gestionable o pueda suponer la presencia de elementos vulnerables en situaci髇 de indefensi髇 frente a la autoprotecci髇.

Tambi閚 se recogen, si procede, las medidas que se pueden prever en la implantaci髇 de los elementos vulnerables por tal de reducir las franjas de seguridad citadas.

El conjunto de las franjas o zonas de seguridad recibe el nombre de zona de aseguramiento de la capacidad de autoprotecci髇.

Por 鷏timo, hay que considerar que estos criterios no se aplican de manera automatizada o mec醤ica, ya que requieren de una interpretaci髇 t閏nica para poder alcanzar resultados congruentes y concordantes con la seguridad y la gesti髇 global de los riesgos. La interpretaci髇 ha de responder por una parte a la m醲ima concreci髇 territorial del riesgo en cuesti髇 y por otra al estudio detallado de los planes, programas o proyectos de desarrollo urban韘tico. En relaci髇 con estos aspectos, el apartado 6 de este anexo establece puntualizaciones en cuanto al riesgo asumible.

4. Gesti髇 de riesgo nuclear.

4.1. Planteamiento del problema.

La Direcci髇 General de Protecci髇 Civil es el organismo competente de la Generalidad de Catalu馻, entre otras materias, en la definici髇 de los elementos vulnerables asociados a los riesgos de protecci髇 civil as� como en la elaboraci髇 de protocolos autom醫icos de respuesta a las emergencias (planes de emergencia). Estos planes de emergencia incluyen, entre otros aspectos, las medidas de autoprotecci髇 a aplicar por parte de los elementos vulnerables y los mecanismos necesarios para su aplicaci髇.

Determinados riesgos de protecci髇 civil, y en determinadas condiciones y situaciones, pueden generar emergencias con una importante componente de velocidad asociada. Se trata de emergencias s鷅itas (no previsibles ni detectables con antelaci髇) y r醦idas (la emergencia avanza con celeridad afectando nuevos 醡bitos territoriales en tiempos cortos, a velocidades destacables) que dificultan significativamente la aplicaci髇 de los protocolos de respuesta a las emergencias. As�, las caracter韘ticas de celeridad de estas emergencias suponen un condicionante a la realizaci髇 de los avisos a la poblaci髇 con anterioridad a las afectaciones, es decir, con anterioridad a la llegada de la emergencia. En estas situaciones, la poblaci髇 puede encontrarse en situaci髇 potencial de indefensi髇 frente a la aplicaci髇 de las medidas de autoprotecci髇, es decir, puede no estar asegurada la capacidad de protecci髇 de los elementos vulnerables.

Por otra parte, la complejidad en la aplicaci髇 de los avisos a la poblaci髇 est� modulada por diversos factores. Dos de estos son los siguientes:

• A) Proximidad de la poblaci髇 al foco de la emergencia.
• B) N鷐ero de poblaci髇 presente en las zonas de afectaci髇.

La existencia de un 醡bito territorial inmediato al foco de la emergencia donde no se localice poblaci髇, especialmente usos residenciales, permite disponer de un margen inicial de tiempo para contrarrestar la incapacidad de previsi髇 de la emergencia. Este territorio libre donde no ser韆 necesario por tanto realizar avisos (traducido en tiempo disponible) permite avisar a la poblaci髇 con anterioridad a la llegada de la emergencia ya que durante los primeros instantes 閟ta avanza por zonas donde no hay presencia de elementos vulnerables.

Por otra parte, todas las emergencias se caracterizan por una criticidad o afectaci髇 gradual y no homog閚ea, es decir, en los 醡bitos territoriales m醩 cercanos al foco de la emergencia la intensidad del fen髆eno o peligro es muy elevada y por tanto tiene una criticidad, una afectaci髇 a la poblaci髇, muy elevada. Esta criticidad disminuye paulatinamente (pero no linealmente sino con relaciones exponenciales) a medida que los 醡bitos territoriales o elementos vulnerables se alejan del foco de la emergencia.

Por tanto, a parte de los aspectos relacionados con el tiempo de margen disponible, la presencia de elementos vulnerables en las proximidades de los focos de emergencia no puede tratarse con el mismo car醕ter que los elementos vulnerables presentes en zonas de afectaci髇 m醩 alejadas, de manera que estos primeros elementos vulnerables suponen una aportaci髇 muy importante en la cuantificaci髇 global del riesgo y hay que ponderar su presencia y n鷐ero. As�, para esta primera poblaci髇 se ha de a馻dir, adem醩 de la presencia de m醨genes de tiempo de respuesta disponibles reducidos, la exposici髇 a un peligro mayor, es decir, una criticidad l韒ite o intensidad l韒ite de los efectos de la emergencia.

A la vez, la presencia de vol鷐enes de poblaci髇 importantes dificulta la aplicaci髇 de las medidas de autoprotecci髇 en este tipo de emergencias ya que al incremento de los avisos y actuaciones que hay que hacer se ha de sumar la dificultad para que vol鷐enes de poblaci髇 importantes presenten comportamientos homog閚eos y estandarizados a partir de campa馻s de informaci髇 y sensibilizaci髇 a la poblaci髇 (se incrementan exponencialmente las resistencias pasivas estructurales a la difusi髇 de informaci髇 en el seno de una poblaci髇 a medida que aumenta el n鷐ero de habitantes). Igualmente, hay que tener en cuenta que, con car醕ter individual, los individuos presentan unos valores de fiabilidad respecto a la aplicaci髇 de las medidas de autoprotecci髇, entendiendo 閟tas como mecanismos autom醫icos de respuesta a avisos concretos asimilados a partir de campa馻s de informaci髇, es decir, de implantaci髇 en el territorio.

Es necesario, por tanto, poder definir a partir de los condicionantes generales anteriores, los criterios de gesti髇 de riesgos de protecci髇 civil para el control de la implantaci髇 de nuevos elementos vulnerables, de forma que esta implantaci髇 se adapte a los riesgos reales en el territorio en cada caso concreto.

4.2. Riesgo nuclear.

4.2.1. Introducci髇.

El riesgo nuclear, entendido en el 醡bito de este anexo, se define como el riesgo de una emergencia asociada a una central nuclear generadora de potencia donde se liberen sustancias radioactivas en niveles (tipolog韆, cantidad y actividad) suficientes como para afectar a la poblaci髇, a los bienes o al medio ambiente.

El riesgo nuclear se ha de diferenciar de manera clara del riesgo radiol骻ico, asociado 閟te a las instalaciones, que no son centrales de potencia, pero que trabajan con fuentes radioactivas.

4.2.2. Caracterizaci髇 esquem醫ica de las emergencias nucleares.

• A) Zonificaci髇 de las emergencias y medidas de protecci髇.

  Las emergencias por riesgo nuclear se caracterizan, de manera general, por la emisi髇 al exterior de la central de sustancias radioactivas de diferente tipolog韆 que afectan negativamente a la poblaci髇, a los bienes y al medio ambiente. El tiempo necesario que hay que esperar para que estas sustancias radioactivas pierdan su actividad radioactiva, es decir, dejen de constituir un peligro, es largo (desde meses hasta a駉s o decenios y centenares de a駉s).

  El plan de emergencia nuclear en Tarragona (Penta) elaborado por la Administraci髇 del Estado define las zonas de afectaci髇 en base a las medidas de protecci髇 a aplicar en cada caso. Estas zonas son:

  • a) Zona 0 o zona bajo control del explotador: formada por el 醨ea donde se sit鷄 la central nuclear y los terrenos que la rodean, y limitado al c韗culo definido por el radio de 750 metros alrededor de los edificios de contenci髇 de la planta.
  • b) Zona I o zona de medidas de protecci髇 urgentes: corresponde al 醨ea geogr醘ica afectada por el paso de la nube radioactiva en el interior de un c韗culo de 10 km de radio alrededor de la central nuclear (con la central nuclear en su centro). Se definen 3 subzonas:
    • 1) Subzona IA: es el 醨ea comprendida dentro de la circunferencia de radio 3 km conc閚trica con la central nuclear.
    • 2) Subzona IB: corona circular comprendida entre las circunferencias de radios de 3 y 5 km conc閚tricas a la central nuclear.
    • 3) Subzona IC: corona circular comprendida entre las circunferencias de radios 5 y 10 km conc閚tricas a la central nuclear.

    En el 醡bito de la zona I se definen tambi閚:

    • 1) Sector de atenci髇 preferente o sector circular de la rosa de los vientos de amplitud 67 grados 30 minutos con origen en la central nuclear y con su eje central a lo largo de la direcci髇 predominante del viento.
    • 2) Zona de atenci髇 preferente: es el 醨ea geogr醘ica integrada por la subzona IA y la intersecci髇 del sector de atenci髇 preferente con la subzona IB.
  • c) Zona II o zona de medidas de larga duraci髇 donde las v韆s de exposici髇 a la radiaci髇 est醤 asociadas fundamentalmente al material radioactivo depositado en el suelo despu閟 del accidente. Corresponde a la corona circular comprendida entre las circunferencias de radios de 10 y 30 km con centro en la central nuclear.

  Las medidas de protecci髇 a la poblaci髇 en cada caso son las siguientes:

  • a) Zona I o zona de medidas de protecci髇 urgentes:

    En esta zona, tal y como se indica en su denominaci髇, las medidas de protecci髇 son de car醕ter urgente, es decir, requieren de celeridad en su aplicaci髇. Las medidas a aplicar son:

    • 1) Zona de atenci髇 preferente y sector de atenci髇 preferente (definidas en el apartado anterior): evacuaci髇 de la poblaci髇 y profilaxis radiol骻ica.
    • 2) Resto de la Zona I (subzona IB que no forma parte de la zona de atenci髇 preferente y subzona IC): confinamiento de la poblaci髇 y profilaxis radiol骻ica.
  • b) Zona II o zona de medidas de larga duraci髇: medidas indirectas sin previsi髇 de confinamiento de la poblaci髇.

    Por tanto, las medidas de protecci髇 a la poblaci髇 se diferencian en la evacuaci髇 de la poblaci髇 comprendida en los 3 primeros km alrededor de la central nuclear, as� como a la poblaci髇 ubicada entre los 3 y 5 km y en el sector preferente de la direcci髇 del viento. Para el resto de poblaci髇 hasta los 10 km la medida de protecci髇 es el confinamiento. Para la poblaci髇 entre 10 y 30 km las medidas a aplicar son de larga duraci髇 con car醕ter indirecto y no suponen ni la evacuaci髇 ni el confinamiento de la poblaci髇.

    Finalmente, para toda la poblaci髇 comprendida en los 10 km alrededor de la central nuclear se establece la distribuci髇 de pastillas de yodo para combatir los efectos de la posible radiaci髇 recibida.

  As� pues, hay que valorar que la zona I es aquella donde la criticidad de los efectos posibles requiere de una actuaci髇 urgente aplicando medidas de protecci髇 a la poblaci髇. Cuanto m醩 cr韙icos son los efectos m醩 contundentes son las medidas de protecci髇 (evacuaci髇 en la zona de atenci髇 preferente).

• B) Tipolog韆 de emergencias y tiempo de respuesta.

  En general, las caracter韘ticas de las emergencias por riesgo nuclear permitir韆n una detecci髇 temprana de la emergencia (hasta horas) antes de su materializaci髇 en el exterior del per韒etro de las instalaciones. Con estos par醡etros, se podr韆 disponer de tiempo suficiente como para avisar a las poblaciones en el interior de la zona I (o de medidas de protecci髇 urgentes) antes de la llegada o impacto de la emergencia. As�, en estos casos el tiempo disponible para avisar a la poblaci髇 no es el factor limitante en la capacidad de gesti髇 de las emergencias.

  A pesar de los aspectos anteriores, hay que tener en cuenta que no todas las tipolog韆s de emergencias asociadas a una central nuclear permitir醤 una detecci髇 temprana de la emergencia con tiempo suficiente como para poder avisar a las poblaciones m醩 pr髕imas a la central nuclear antes del impacto en el exterior de la emergencia. Determinadas tipolog韆s de accidente no permiten la detecci髇 ya que o bien consisten en fallos de los sistemas de detecci髇 de 閟tos o bien se caracterizan por una fuga s鷅ita al exterior de materiales radioactivos que no se puede detectar previamente y el avance r醦ido de la nube radioactiva sometida a los par醡etros meteorol骻icos concretos (velocidad y direcci髇 del viento). En estos casos, es evidente que nos encontrar韆mos frente a situaciones donde las capacidades de aviso a las poblaciones m醩 cercanas, especialmente aquellas situadas a menos de 3 km de la central nuclear, podr韆n estar comprometidas y por tanto el aseguramiento de la autoprotecci髇 de la poblaci髇 podr韆 no estar garantizado completamente. Sin embargo, para estas tipolog韆s de accidente se puede asumir una frecuencia menor que para aquellas que permiten una detecci髇 temprana, y por tanto no se pueden usar directamente en la definici髇 de criterios de riesgo nuclear aplicados a la compatibilidad de la implantaci髇 de nuevos elementos vulnerables a pesar de que s� se han de tener presentes en la reflexi髇 global.

  En consecuencia, se puede asumir que se dispone de tiempo suficiente como para poder avisar a la poblaci髇 donde se han de aplicar medidas de protecci髇, incluso donde son necesarias medidas de protecci髇 urgentes, pero no se debe olvidar que hay unas tipolog韆s de accidente de probabilidad menor donde las capacidades de aviso estar韆n limitadas por la ausencia de tiempo disponible.

  A la vez, hay que tener en cuenta que la zonificaci髇 actual asociada al plan de emergencias Penta no recoge los valores o distancias de afectaci髇 correspondientes a las peores hip髏esis accidentales, ya que en estos casos las afectaciones que requerir韆n medidas de protecci髇 directas urgentes no se limitar韆n a 10 km sino que ser韆n m醩 amplias. Sin embargo, para estas tipolog韆s de accidentes (que se corresponder韆n b醩icamente con las mismas que se describen en el p醨rafo anterior donde no se dispondr韆 de tiempo de respuesta suficiente por ausencia de capacidad de detecci髇 previa de la emergencia) se puede asumir una frecuencia o probabilidad inferior a las hip髏esis que producir韆n las afectaciones recogidas en el plan Penta en la zonificaci髇 de la emergencia. As�, para la definici髇 de criterios aplicados al control de la compatibilidad de la implantaci髇 de nuevos elementos vulnerables se tiene en cuenta la zonificaci髇 recogida en el plan Penta, pero sin dejar de lado la existencia de zonificaciones mayores asociadas a probabilidades menores.

• C) Dimensionamiento de recursos: evacuaci髇.

  Por otra parte, y asumiendo la disponibilidad de tiempo para realizar los avisos y la zonificaci髇 de las afectaciones recogida en el plan Penta, hay que tener en cuenta que la medida de protecci髇 aplicada en la zona de atenci髇 preferente es la evacuaci髇. Esta medida supone una complejidad especial en relaci髇 con otras medidas de protecci髇 como por ejemplo el confinamiento.

  La evacuaci髇 se caracteriza por ser una medida cr韙ica en su definici髇 y aplicaci髇 ya que responde a situaciones donde el confinamiento no es suficiente como para garantizar la protecci髇 a la poblaci髇 y donde se requiere el desplazamiento de la poblaci髇 hasta 醡bitos m醩 alejados donde el confinamiento s� sea seguro (resto de la zona I), con las dificultades que comporta el desplazamiento simult醤eo de poblaciones en tiempo y espacio.

  En general hay que valorar que los par醡etros que dimensionan la capacidad de evacuaci髇 son los siguientes:

  • Tiempo disponible para realizar la evacuaci髇. Est� determinado por:

    • a) Tiempo entre la detecci髇 de la emergencia y la difusi髇 al exterior de los efectos (cuando exista la capacidad de detecci髇 previa).
    • b) Tiempo entre la detecci髇 de la emergencia y la comunicaci髇 de 閟ta o su previsi髇 a los servicios de protecci髇 civil.
    • c) Tiempo de avance de la nube radioactiva.
    • d) Tiempo de respuesta de la poblaci髇 a los avisos de evacuaci髇.
    • e) Tiempo de desplazamiento f韘ico de la poblaci髇, con los factores limitadores que se describen a continuaci髇.

  • Recursos de evacuaci髇:

    • a) V韆s de tr醤sito rodado disponibles.
      • 1) Capacidad de la v韆 en su dise駉 (intensidad m醲ima absorbible).
      • 2) Grado de ocupaci髇/saturaci髇 habitual.
      • 3) Estado f韘ico de las v韆s.
      • 4) Accesibilidad (especialmente, accesos a autov韆s y autopistas).
    • b) Recursos de evacuaci髇 masivos:
      • 1) Servicios de transporte ferroviario: capacidad de la red ferroviaria y disponibilidad de material rodante. Estado de la red ferroviaria.
      • 2) Servicios de transporte rodado (autocares y similares): capacidad de la red viaria, proximidad y disponibilidad de veh韈ulos.

  • Condicionantes urbanos y territoriales:

    • a) Dise駉 de la trama urbana y de los accesos a las v韆s y nodos de evacuaci髇 principales (carreteras, autov韆s, autopistas y ferrocarril).
    • b) Proximidad de las zonas urbanas o foco de evacuaci髇 a las v韆s y nodos de evacuaci髇 principales (carreteras, autov韆s, autopistas y ferrocarril).
    • c) Complejidad de los desplazamientos en la evacuaci髇 (conexiones entre v韆s principales y accesos, entre otros)
    • d) Difusi髇 de la informaci髇 a la poblaci髇 a evacuar sobre la ruta a seguir hasta llegar a los espacios de confinamiento seguro. Implantaci髇 de la medida de protecci髇 a la poblaci髇 (campa馻s de informaci髇, simulacros y pruebas de aviso, entre otros)

  • Condicionantes meteorol骻icos:

    • a) Viento.
    • b) Nocturnidad.
    • c) Lluvia.
    • d) Niebla.
    • e) Nieve y hielo.

  • Previsi髇 y disponibilidad de espacios para el confinamiento:

    • a) Existencia de edificios o espacios previamente seleccionados y condicionados para el confinamiento de las poblaciones evacuadas.
    • b) Difusi髇 de la informaci髇 a la poblaci髇 a evacuar sobre los espacios de confinamiento asignados en cada caso.

  - Previsi髇 y disponibilidad de alojamientos temporales:

  Existencia de edificios o espacios previamente seleccionados y condicionados para el alojamiento temporal de las poblaciones evacuadas.

  En relaci髇 a los par醡etros identificados, hay que valorar que los recursos disponibles no se encuentran dimensionados para la evacuaci髇 simult醤ea de toda la poblaci髇 comprendida en la zona de atenci髇 preferente definida en el Penta. Los recursos disponibles, especialmente respecto a las v韆s de tr醤sito rodado y ferroviario, presentan un dise駉 limitante respecto a su capacidad de absorber los flujos que se generar韆n en la evacuaci髇 simult醤ea.

  El dise駉 de las autopistas y autov韆s permite una mayor absorci髇 de los flujos de poblaci髇 por la presencia de calzadas separadas y de como m韓imo dos carriles para cada sentido de la circulaci髇 (caso de Vandell騭), a pesar de que la ubicaci髇 de nodos de acceso y salida de la v韆 ubicados a determinadas distancias entre si y sin presencia de ning鷑 acceso o conexi髇 a parte de estos, dificulta los desplazamientos en la evacuaci髇. Por otra parte, las v韆s de calzada 鷑ica con un 鷑ico carril por sentido (caso de Asc�) pueden absorber un flujo menor de evacuaci髇 pero se facilita el acceso a las v韆s ya que hay una mayor presencia de puntos de acceso y al mismo tiempo las v韆s no se caracterizan por estar aisladas entre los nodos de acceso, como pasa en el caso de las autopistas y las autov韆s.

  Simult醤eamente, hay que valorar que el Plan de infraestructuras del transporte de Catalu馻 2006 - 2026 (PITC), atendiendo a las recomendaciones de las normas t閏nicas vigentes (Norma 3.1 - IC Trazado, de la Instrucci髇 de Carreteras), establece que las v韆s se dise馻n para tener capacidad de absorber los flujos correspondientes a la hora 200, es decir, a la afluencia o flujo (horario) que puede superar 200 horas a lo largo de un a駉. En el caso de determinadas v韆s se definen para flujos m醩 restrictivos (es decir, para valores de flujo mayores) ya que se establece la hora 100 como referencia, a pesar de que este valor m醩 restrictivo se utiliza normalmente en 醡bitos metropolitanos de gran densidad de poblaci髇 y por tanto de tr醤sito rodado. Con todo, los niveles de saturaci髇 de las v韆s se miden con los c骴igos A, B, C, D, E y F, siendo la situaci髇 A la m醩 favorable, fluidez, y el valor F el de mayor saturaci髇.

  El PITC y los planes directores territoriales de infraestructuras que derivan (los correspondientes a Terres de l'Ebre y a Tarragona, 醡bitos mayoritarios de la zona de evacuaci髇 de las centrales nucleares de Asc� y Vandell騭 respectivamente, est醤 pendientes de elaboraci髇) establecen c髆o una parte importante de las v韆s ya se encuentran en situaci髇 de saturaci髇 (valores E y F en muchos casos) derivados de los flujos y movimientos habituales, de manera que una afluencia simult醤ea de poblaci髇 derivada de una evacuaci髇 podr韆 llegar a suponer la saturaci髇 total de la v韆 en aquel momento, ya que el flujo ser韆 muy superior al de la hora 200 o 100 para el que se dise馻 la v韆.

  Por otra parte, y como referencia, se pueden considerar los valores de flujo y saturaci髇 que el Plan Director de la movilidad de la Regi髇 Metropolitana de Barcelona (PDMRMB) asocia a las carreteras de este 醡bito territorial (donde los flujos habituales son los m醩 elevados de toda Catalu馻 y pueden servir de referencia para valorar las capacidades de las v韆s en la zona de Asc� y Vandell騭 en relaci髇 a la poblaci髇 a evacuar). El PDMRMB indica que la IMD (intensidad media diaria) media de las carreteras de la Regi髇 Metropolitana de Barcelona es de 25.137 veh韈ulos/d韆. Este valor medio se desglosa en: rondas de Barcelona IMD 125.397 veh韈ulos/d韆, v韆s del Ministerio 59.873 veh韈ulos/d韆, v韆s gestionadas por la Generalidad 28.946 veh韈ulos/d韆 y v韆s de la Diputaci髇 de Barcelona 5.398 veh韈ulos/d韆. Si se observan el valor de IMD de las rondas de Barcelona (dise馻das para absorber flujos de desplazamiento de una gran ciudad), y se compara con los niveles de saturaci髇, se concluye que mayoritariamente (> 90% valor veh韈ulos-km) se encuentran en situaci髇 de saturaci髇 (valores de saturaci髇 E y F).

  Por tanto, extrapolando los valores de IMD en la Regi髇 Metropolitana de Barcelona contemplados en el PDMRMB a la zona de Terres de l'Ebre y a una potencial evacuaci髇 simult醤ea de la poblaci髇 (valorando las cifras de poblaci髇 existentes; vea p醨rafo E de este apartado 4.2.2), se puede considerar que las v韆s de tr醘ico rodado se podr韆n saturar en el momento de la evacuaci髇 simult醤ea y, en consecuencia, el dise駉 y capacidad de las v韆s actuales es un factor limitador de los valores de poblaci髇 comprendidos en la zona I de las centrales nucleares.

  Hay que tener en cuenta que a pesar de que en la zona de Vandell騭 la poblaci髇 es superior existen actualmente la autopista AP-7 y la autov韆 A-7. Estas v韆s tienen m醩 capacidad de absorber flujo simult醤eo que las carreteras C-12, C-12B y N-420 que deber韆n absorber el flujo en la zona de Asc� (que en este caso ser韆 menor).

  Por lo que respecta al ferrocarril hay que establecer las limitaciones de la propia infraestructura y especialmente por lo que respecta al material rodante y su desplazamiento simult醤eo en las v韆s, el cual est� muy limitado. Por tanto, se deber韆 considerar que la evacuaci髇 por ferrocarril se realizar韆 en fases u oleadas correspondientes a cada uno de los convoys de ferrocarril.

  A los factores anteriores hay que a馻dir la incertidumbre que deriva de no poder visualizar la emergencia en su avance ya que, a excepci髇 de situaciones muy concretas, no se podr� detectar la posici髇 exacta de la nube de radiaci髇 y, por tanto, se est� asumiendo que 閟ta no est� afectando a la poblaci髇 en evacuaci髇.

  A la vez, hay que tener en cuenta el aprendizaje que deriva de las dificultades que han acontecido en grandes evacuaciones que han tenido lugar recientemente en el 醡bito internacional en estados con una alta concienciaci髇 de las emergencias y la evacuaci髇 (a pesar de que estas evacuaciones no se hayan producido por emergencias nucleares sino por emergencias asociadas principalmente a riesgos naturales). Tambi閚 hay que extraer conclusiones de las evacuaciones puntuales con necesidad de alojamientos temporales y periodos de recuperaci髇 largos que han tenido lugar en el 醡bito europeo por emergencias diversas y muy especialmente de los casos que han tenido lugar en Catalu馻 muy recientemente.

  As� pues, la evacuaci髇 es una actuaci髇 cr韙ica condicionada por m鷏tiples factores que al mismo tiempo se aplica a un 醡bito territorial donde la criticidad de la emergencia es m醲ima o responde a una intensidad l韒ite en el exterior (es por este motivo que se prev� la evacuaci髇 y no el confinamiento como medida de protecci髇 a la poblaci髇). La criticidad de la actuaci髇 se puede valorar a partir de las actuaciones y casos concretos recientes derivados de riesgos naturales y otros riesgos tecnol骻icos.

• D) Dimensionamiento de recursos: confinamiento.

  En el plan Penta se define el confinamiento como medida de protecci髇 aplicada en la zona I excluida de la zona de atenci髇 preferente.

  El confinamiento es una medida de protecci髇 a la poblaci髇 que ha sido estudiada con detalle en el caso de emergencias derivadas del riesgo qu韒ico en instalaciones que manipulan sustancias peligrosas. Si se asume la disponibilidad de tiempo para avisar a las poblaciones a partir de la detecci髇 previa de la emergencia por riesgo nuclear, se pueden aplicar el resto de conclusiones de estos estudios adaptados a los condicionantes concretos del riesgo nuclear. As�, hay que tener en cuenta los factores siguientes:

  • a) Sistemas de aviso a la poblaci髇: se requieren sistemas de aviso a la poblaci髇 para comunicar la necesidad de realizar el confinamiento.
  • b) Fiabilidad humana: la aplicaci髇 de las medidas de autoprotecci髇 por parte de la poblaci髇 est� influenciada por los par醡etros de fiabilidad humana.

    En la mejor de las situaciones (campa馻s de comunicaci髇 e informaci髇, simulacros y poblaci髇 formada y entrenada en la autoprotecci髇), hay un margen de error en la aplicaci髇 de la autoprotecci髇, ya que es presumible que parte de la poblaci髇 no lo har� correctamente. Para calcular los errores m韓imos que se han de tener en cuenta, es decir, para determinar el m醲imo de fiabilidad humana posible asumiendo los recursos a aplicar para alcanzar estos valores, se ha tenido en cuenta los valores de fiabilidad humana obtenidos para operadores de salas de control de instalaciones industriales, donde hay una formaci髇 adecuada y un conocimiento de la actividad profundo (esta situaci髇 no siempre se puede extrapolar al caso de la poblaci髇 afectada en general, pero s� establece un error m韓imo correspondiente a la situaci髇 髉tima o mejor posible).

    En consecuencia, se podr韆 tener en cuenta como valor de referencia de error medio en la aplicaci髇 de las medidas de autoprotecci髇 el 1% (error en respuesta a alarma audible en un lugar tranquilo, donde la respuesta consiste en una acci髇 compleja, como por ejemplo buscar un edificio donde cerrarse, parar sistemas de ventilaci髇, cerrar ventanas y puertas, recordar que no se ha de ir a buscar a los ni駉s al colegio y no usar el tel閒ono m髒il, entre otros), teniendo en cuenta que los m醨genes podr韆n oscilar llegando al 10% (error en respuesta a alarma audible en una sala de control ruidosa en 10 minutos y error en una tarea que sea bastante simple y realizada r醦idamente o con atenci髇 escasa).

    Tarea	Error	Percentiles 5� – 95�
    Totalmente desconocida, realizada con velocidad y sin idea real de las posibles consecuencias	0,55	0,35 – 0,97
    Tarea complicada que requiere un alto nivel de comprensi髇 y habilidad	0,16	0,12 – 0,28
    Tarea bastante simple realizada r醦idamente o con atenci髇 escasa	0,09	0,06 – 0,13

    Probabilidades de error humano del m閠odo 獺EART� (Fuente: TNO, 玁etherlands Organisation for Applied Scientific Research�).

    玏illiams, J.C, HEART� - Propuesta de m閠odo para asesorar y reducir el error humano, publicado por 玁CSR, UKAEA, Culcheth, Cheshire�.

    Tarea	Error
    Omisi髇 o ejecuci髇 incorrecta de un paso en una rutina familiar/conocida	0,001
    Error en respuesta a una alarma audible en una sala de control tranquila, consistente en apretar un bot髇	0,001
    Error en respuesta a una alarma audible en una sala de control tranquila, consistente en acciones complejas como por ejemplo salir fuera y seleccionar una v醠vula correcta de entre diversas	0,01
    Error en respuesta a una alarma audible en una sala de control ruidosa en 10 minutos	0,1

    Probabilidades de error humano seg鷑 獽letz� (Fuente: TNO ,玁etherlands Organisation for Applied Scientific Research�)

    獽letz, T.A. and Whitaker, G.D., 1973�. Error humano y operaci髇 en planta, 玁ota EDN 4099, Divisi髇 petroqu韒ica, ICI Ltd�.

    Por otra parte, hay que tener en cuenta la influencia en la fiabilidad humana del tiempo disponible para la realizaci髇 de una tarea y del estr閟 o percepci髇 de peligro. As�, encontramos que seg鷑 el m閠odo 玊HERP� (T閏nica para la Predicci髇 del 蚽dice de Error Humano, 玊echnique for Human Error Rate Prediction�) la probabilidad de error humano depende directamente del logaritmo neperiano del cociente entre el tiempo disponible para realizar una tarea y el tiempo de respuesta medio:

    

    Donde resulta que:

    • t0 = tiempo disponible,
    • tm = tiempo de respuesta medio,
    • A = constante que tiene en cuenta factores de incertidumbre y aleatoriedad, de desviaci髇 est醤dar y de distribuci髇 normal acumulada.
  • c) Poblaci髇 especialmente vulnerable: en la planificaci髇 de la respuesta a emergencias se ha de diferenciar la poblaci髇 especialmente vulnerable del resto de poblaci髇. Este grupo siempre sufrir�, en igualdad de exposici髇 al fen髆eno de peligro, m醩 efectos ya que se define como un grupo m醩 vulnerable que el colectivo est醤dar o homog閚eo. La valoraci髇 del peso espec韋ico en la poblaci髇 de este grupo se realiza en base a los datos estad韘ticos del Departamento de Salud y del de Acci髇 Social y Ciudadan韆 de la Generalidad de Catalu馻 as� como del Instituto de Estad韘tica de Catalu馻 (Idescat), asumiendo que est� formado por poblaci髇 hasta los 4 a駉s incluidos, a partir de los 75 a駉s o con alguna disminuci髇 (especialmente dificultades de movimiento y afecciones respiratorias graves).
    • A) Disminuci髇 reconocida legalmente (Idescat 2005 y Departamento de Acci髇 Social y Ciudadan韆 de la Generalidad de Catalu馻):
      • 1) Mot髍ica: 117.745 (1,7%)
      • 2) F韘ica no mot髍ica: 95.028 (1,4%)
      • 3) Visual: 28.078 (0,4%)
      • 4) Auditiva: 15.838 (0,2%)
      • 5) Ps韖uica: 39.164 (0,6%)
      • 6) Enfermedad mental: 59.701 (0,9%)
      • 7) No consta: 9.076 (0,1%)
      • 8) Total: 356.530 (5,1%)
    • B) Poblaci髇 (Idescat 2006) por edades:
      • 1) Menores de 5 a駉s: 5,5%
      • 2) Mayores de 74: 8,1%
      • 3) Total: 13,6%

    Aplicando un factor de correcci髇 del 20% derivado del solapamiento entre poblaci髇 mayor de 75 a駉s y poblaci髇 con alguna disminuci髇, obtenemos un valor final aproximado del 15% de la poblaci髇 total como poblaci髇 especialmente vulnerable.

  • d) Poblaci髇 itinerante: Catalu馻 presenta unos datos de movilidad territorial interna bastante importantes, a las que hay que a馻dir los flujos tur韘ticos. Para evaluar, qu� cifra de poblaci髇 se ubica habitualmente fuera de su municipio de residencia, se interrelacionan las cifras del Idescat del a駉 2001 (2.762.000 viajeros que se desplazan diariamente por razones de trabajo y 335.000 por razones de estudio) con las de la encuesta de movilidad cotidiana del Departamento de Pol韙ica Territorial y Obras P鷅licas y la Autoridad del Transporte Metropolitano con la colaboraci髇 del Idescat y el Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona (6.354.930 personas presentan movilidad diaria en Catalu馻, con 147,9 millones de desplazamientos semanales y un promedio de 21,64 desplazamientos por persona y semana; del total de estos desplazamientos aproximadamente un 30% del total de desplazamientos son intermunicipales). As�, 889.000 personas se desplazan habitualmente fuera de su municipio, el que representa aproximadamente un 14% del total.
  • e) Poblaci髇 tur韘tica: Catalu馻 presenta unas cifras de turismo que, asumiendo una distribuci髇 homog閚ea en el tiempo y el espacio (distribuci髇 ideal no real) equivaldr韆n a incrementar en todo momento un 5% la poblaci髇 (datos del Idescat y del Instituto de Estudios Tur韘ticos para el per韔do 2001 - 2005). Sin embargo la poblaci髇 tur韘tica se concentra en la 閜oca de verano y las zonas afectadas por la planificaci髇 del plan Penta son zonas tur韘ticas especialmente en el caso de la central nuclear de Vandell髎.
  • f) Estructuras sin閞gicas y de interrelaci髇 social en los peque駉s y medianos municipios: una gran parte de la poblaci髇 de Catalu馻 se concentra en grandes n鷆leos de poblaci髇. Estos grandes n鷆leos presentan unas sinergias y din醡icas de comportamiento social m醩 propias de las grandes ciudades que no de los n鷆leos tradicionales, de manera que se dificulta en gran medida la difusi髇 de mensajes y la comunicaci髇 de informaci髇 (como por ejemplo el riesgo y las medidas de autoprotecci髇), debido a la falta de interrelaciones que permitan su difusi髇 interna a partir de una estructura de red. En cambio, en aquellos municipios donde la poblaci髇 se aproxima m醩 a los peque駉s o medianos n鷆leos que a las grandes ciudades, se reserva una parte de las interrelaciones sociales propias de los n鷆leos tradicionales. Estas interrelaciones favorecen la difusi髇 de los mensajes de las campa馻s de comunicaci髇 hasta niveles m醩 profundos en base a la cohesi髇 social y al conocimiento general del municipio y de sus habitantes. Al mismo tiempo, en estos municipios la aplicaci髇 de las medidas de autoprotecci髇 se ve favorecida por estas mismas estructuras de interrelaci髇 as� como por la identificaci髇 y el conocimiento por parte de la poblaci髇 de todo el territorio municipal.

  Se valora la cifra de 25.000 habitantes como referente de n鷆leos de poblaci髇 con cohesi髇 e interrelaciones sociales que favorecen las campa馻s de comunicaci髇, la implantaci髇 en general y la aplicaci髇 de las medidas de autoprotecci髇. Este valor se obtiene de evaluar las experiencias en las campa馻s de comunicaci髇 del riesgo qu韒ico en instalaciones que manipulan sustancias peligrosas en Catalu馻, donde se ha encontrado que en municipios como Sant Celoni y Martorell la implantaci髇 de la autoprotecci髇 ha sido muy profunda y se ha visto favorecida por la existencia de esta cohesi髇 e imbricaci髇 social, mientras que en otros municipios mayores no se han conseguido los mismos valores.

• E) Poblaci髇 en zonas de afectaci髇 y criterios de convergencia.

  La poblaci髇 empadronada total de los municipios que forman parte de la zona I de las centrales nucleares del Estado viene dada por la tabla siguiente (municipios situados total o parcialmente en el interior de la zona de radio 10 km con centro en la instalaci髇 nuclear):

  Central nuclear	Reactores	Provincia	Plan de emergencia provincial	Poblaci髇 municipios zona I
  Vandell騭	1	Tarragona	PENTA	25.324
  Asc�	2	Tarragona	PENTA	20.293
  Trillo	1	Guadalajara	PENGUA	7.552
  Garo馻	1	Burgos	PENBU	6.393
  Almaraz	2	C醕eres	PENCA	5.843
  Cofrentes	1	Valencia	PENVA	4.534

  Estos datos no tienen en cuenta la poblaci髇 tur韘tica de la zona de Vandell騭 que durante el verano puede hacer que la poblaci髇 llegue a los 128.000 habitantes.

  En la tabla anterior se puede observar como la poblaci髇 correspondiente a la zona I de las centrales nucleares de Catalu馻 es entre 3 y 5 veces superior a la poblaci髇 presente en la zona I del resto de centrales nucleares con planificaci髇 de emergencias actualmente estatal. En este sentido, hay que considerar que las diferencias en las densidades de poblaci髇 entre unos y otros territorios son remarcables, siendo la mayor la densidad media de poblaci髇 de la Comunidad Valenciana. Por tanto, la extrapolaci髇 de la combinaci髇 del valor de poblaci髇 en la zona I y la densidad media de cada territorio supondr韆 que en el caso de Vandell騭 y Asc� no se sigue la tendencia marcada en el resto de situaciones.

  Con todo, hay que considerar que a parte de las centrales nucleares de Asc� y Vandell騭, 閟tas se sit鷄n mayoritariamente en zonas de baja densidad de poblaci髇. El caso concreto de Vandell騭 supone una singularidad por el hecho de estar ubicada en zona tur韘tica donde los aspectos asociados a la gesti髇 de emergencias tienen la complejidad a馻dida de aplicarse a poblaciones que no residen habitualmente en la zona o incluso que solo lo har醤 en el momento concreto de la visita sin volver otras veces u olvidando parte de la informaci髇 entre una visita y la siguiente.

  Es necesario considerar tambi閚 que en la zona de Vandell騭 existen infraestructuras que permiten absorber este incremento de poblaci髇 en la 閜oca tur韘tica aunque el dimensionamiento de estas infraestructuras puede no absorber el desplazamiento masivo de la poblaci髇 en estas 閜ocas de m醲ima afluencia (vea el p醨rafo C de este mismo apartado 4.2.2).

  Asimismo, hay que considerar que los valores de poblaci髇 en la zona I de las centrales nucleares de Asc� y Vandell騭 son muy superiores a los de otras centrales nucleares con plan de emergencia estatal, incluso si se tienen en cuenta valores de densidad de poblaci髇 media relativos. De esta manera se puede considerar que los valores actuales son ya un valor l韒ite que no se deber韆n incrementar para no dificultar m醩 los aspectos asociados a la gesti髇 de posibles emergencias y especialmente a la evacuaci髇 de las poblaciones.

• F) Fase de recuperaci髇 de la normalidad: duraci髇.

  Una de las caracter韘ticas principales de las emergencias por riesgo nuclear, diferenciadora respecto otros riesgos, especialmente otros riesgos tecnol骻icos como por ejemplo el riesgo qu韒ico, es que la fase de recuperaci髇 o restauraci髇 de la normalidad es especialmente cr韙ica. Su criticidad se asocia esencialmente a que los efectos de radioactividad no desaparecen a corto plazo, como puede pasar con la toxicidad de una nube t髕ica, sino que requieren de tiempos largos asociados a la desintegraci髇 de los is髏opos radioactivos que generen la radiaci髇.

  En la mejor de las situaciones donde la fuga fuese b醩icamente I131 (yodo 131), la vida media de este is髏opo requerir韆 como m韓imo 2 meses para que las poblaciones pudiesen volver.

  En consecuencia, teniendo en cuenta que la recuperaci髇 de la normalidad ser韆, como m韓imo, 2 meses, se deber韆 disponer de recursos suficientes como para alojar a las poblaciones desplazadas en periodos m韓imamente largos y con una dotaci髇 suficiente (no solo alojamiento, ya que habr韆 que considerar todos los aspectos asociados a las compensaciones). Estos recursos no pueden ser ilimitados, en otras palabras, su dimensionamiento ha de tener un l韒ite que ser� el de la poblaci髇 a evacuar y confinar, y especialmente, el de la poblaci髇 desplazada durante tiempos largos. De hecho se puede valorar que el dimensionamiento actual ya se encontrar韆 en el l韒ite de las capacidades, especialmente si se valoren situaciones recientes de evacuaci髇 y alojamiento temporal, aunque se hayan producido por otra tipolog韆 de riesgo.

  A la vez, hay que considerar que este per韔do se ver� incrementado con cambios de orden de magnitud significativos (a partir de decenios de a駉s) por la existencia de cantidades destacables (con capacidad de producir efectos) de is髏opos con vida media mucho m醩 grande (como por ejemplo el cesio u otros is髏opos del yodo). En base a estos valores habr韆 que considerar al menos una generaci髇 para la recuperaci髇 de la normalidad, es decir, para que las poblaciones pudieran retornar.

  Finalmente, hay que citar que en este tipo de emergencias las poblaciones sufren una serie de procesos psico-sociales asociados b醩icamente al estr閟. Entre los efectos de estos procesos se encuentra a menudo la incapacidad de volver a sus zonas de residencia que ya no son percibidas como tales, entre otros motivos, por todo el proceso sufrido durante la emergencia y por el estado de desolaci髇 que podr韆 resultar en la zona.

5. Criterios.

5.1. Introducci髇.

Teniendo en cuenta los aspectos anteriores, se puede considerar que para establecer criterios de control de la implantaci髇 de nuevos elementos vulnerables compatibles con la gesti髇 del riesgo nuclear hay que tener en cuenta los factores siguientes:

• A) Tipolog韆 de emergencias y tiempo de respuesta: en principio se puede considerar que el tiempo de respuesta es suficiente, aunque no siempre est� garantizado un tiempo suficiente como para avisar a las poblaciones.
• B) Dimensionamiento de los recursos en la zona de evacuaci髇: especialmente v韆s de tr醤sito rodado y ferrocarril, dise馻das para flujos muy inferiores a los de evacuaci髇.
• C) Dimensionamiento de recursos y factores asociados al confinamiento:
  • a) Sistemas de aviso a la poblaci髇: se requieren sistemas de aviso a la poblaci髇 para comunicar la necesidad de realizar el confinamiento.
  • b) Fiabilidad humana: la aplicaci髇 de las medidas de autoprotecci髇 por parte de la poblaci髇 est� influenciada por los par醡etros de fiabilidad humana. En la mejor de las situaciones (campa馻s de comunicaci髇 e informaci髇, simulacros y poblaci髇 formada y entrenada en la autoprotecci髇) se podr韆 tener en cuenta como valor de referencia de error medio en la aplicaci髇 de las medidas de autoprotecci髇 el 1% (error en respuesta a alarma audible en un lugar tranquilo, donde la respuesta consiste en una acci髇 compleja, como por ejemplo buscar un edificio donde cerrarse, parar los sistemas de ventilaci髇, cerrar ventanas y puertas, recordar no ir a buscar a los ni駉s al colegio y no usar el tel閒ono m髒il, entre otros), teniendo en cuenta que los m醨genes podr韆n oscilar llegando hasta el 10% (error en respuesta a alarma audible en una sala de control ruidosa en 10 minutos y error en tarea bastante simple realizada r醦idamente o con atenci髇 escasa). Por otra parte, hay que tener en cuenta la influencia en la fiabilidad humana del tiempo disponible para la realizaci髇 de una tarea y del estr閟 o percepci髇 de peligro. As�, encontramos que seg鷑 el m閠odo 玊HERP� (T閏nica para la Predicci髇 del 蚽dice de Error Humano, 玊echnique for Human Error Rate Prediction�) la probabilidad de error humano depende directamente del logaritmo neperiano del cociente entre el tiempo disponible para realizar una tarea y el tiempo de respuesta medio.
  • c) Poblaci髇 especialmente vulnerable: en la planificaci髇 de la respuesta a emergencias se debe diferenciar la poblaci髇 especialmente vulnerable del resto de poblaci髇. Se puede considerar el valor aproximado del 15% de la poblaci髇 total como poblaci髇 especialmente vulnerable.
  • d) Poblaci髇 itinerante: Catalu馻 presenta unos datos de movilidad territorial interna bastante importantes, a los que hay que a馻dir los flujos tur韘ticos. La movilidad intermunicipal se puede valorar como aproximadamente un 14% del total.
  • e) Poblaci髇 tur韘tica: equivalente a un incremento del 5% de la poblaci髇 (hay que a馻dir la distribuci髇 irregular temporal y territorial).
  • f) Estructuras sin閞gicas y de interrelaci髇 social en peque駉s y medianos municipios (25.000 habitantes aproximadamente) la aplicaci髇 de medidas de autoprotecci髇 se ve favorecida.
• D) Poblaci髇 en zonas de afectaci髇 y criterios de convergencia.
• E) Fase de recuperaci髇 de la normalidad: duraci髇.

5.2. Zona de aseguramiento de la capacidad de autoprotecci髇.

En la planificaci髇 del riesgo nuclear, el plan Penta define una zona correspondiente a la aplicaci髇 de las medidas de protecci髇 urgentes. Esta zona se divide en tres subzonas, subzona IA definida por el radio de 3 km a partir de la central nuclear, subzona IB correspondiente al 醨ea comprendida entre los 3 y 5 km a partir de la central nuclear y subzona IC definida por la zona entre los 5 y 10 km a partir de la central nuclear.

Dadas las medidas de autoprotecci髇 a aplicar en cada una de las diferentes subzonas de planificaci髇 as� como las caracter韘ticas de las emergencias y los factores y par醡etros descritos en el apartado 4.2.2 anterior, hay que definir la subzona IA definida en el plan estatal Penta como la zona de intensidad l韒ite en el exterior, ya que seg鷑 se prev� en el plan la medida a aplicar en este 醡bito territorial es la evacuaci髇, propia de las zonas con una criticidad o intensidad l韒ite.

En la definici髇 de criterios de riesgo asociados a la implantaci髇 de nuevos elementos vulnerables, las zonas de intensidad l韒ite son evaluadas como zonas donde el crecimiento urbano con uso residencial, de p鷅lica concurrencia o de ocio en general est� considerado no compatible des del punto de vista de la gesti髇 de los riesgos de protecci髇 civil (por motivo de los efectos producidos en la zona, es decir, de la criticidad o intensidad l韒ite en caso de emergencia).

Por otra parte, la subzona IB se ha de considerar como una zona donde la criticidad o intensidad de afectaci髇 puede ser la correspondiente a la zona de intensidad l韒ite en el exterior (como en el caso anterior, y por tanto se puede producir evacuaci髇) o menor, seg鷑 las condiciones, caso en que se aplicar韆 el confinamiento. Por tanto, esta zona ha de tener, a efectos de control de la implantaci髇 de elementos vulnerables compatible con el riesgo, un tratamiento intermedio entre la subzona IA o zona de intensidad l韒ite y la zona de confinamiento general que se describe a continuaci髇.

Finalmente, seg鷑 se prev� en el Penta, hay que considerar el resto de la zona I (subzona IC) como zona de confinamiento general con las caracter韘ticas y par醡etros usados habitualmente para esta tipolog韆 de zonas (limitaciones num閞icas al crecimiento, a los valores absolutos de poblaci髇 y medidas paliativas para la nueva poblaci髇).

Hay que tener en cuenta, que se est� considerando que hay tiempo disponible para realizar los avisos a las poblaciones, aspecto este que hace que no se considere la definici髇 de una zona inmediata al foco de la emergencia donde se considere que las medidas de protecci髇 pudieran no estar aseguradas (zona conocida como de indefensi髇 frente a la autoprotecci髇). Por tanto, en la definici髇 de los criterios falta una zona que habitualmente se define para las emergencias r醦idas y s鷅itas, aunque ya se ha citado antes que estas tipolog韆s de accidentes existir韆n en el caso del riesgo nuclear pero con frecuencias menores.

As�, en base a todos los aspectos anteriores, la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil considera que en relaci髇 a futuros desarrollos urban韘ticos con implantaci髇 de elementos vulnerables, y especialmente en suelo urbanizable, hay que considerar una zona de aseguramiento de la capacidad de autoprotecci髇 definida como la suma de la zonificaci髇 siguiente:

• A) Zona de intensidad l韒ite en el exterior
• B) Zona de contenci髇 intermedia
• C) Zona de confinamiento general

En funci髇 de la intensidad del peligro en cada una de las zonas anteriores se definen los elementos vulnerables compatibles, de acuerdo con lo que se indica a continuaci髇:

• 5.2.1. Zona de intensidad l韒ite en el exterior.

  Se corresponde con la subzona IA (hasta 3km desde la central nuclear) y se define atendiendo a los efectos sobre la poblaci髇 que se podr韆n producir en esta zona, criticidad elevada, que derivan en la necesidad de evacuaci髇. As�, valorando los tiempos disponibles para realizar los avisos a la poblaci髇, las medidas de autoprotecci髇 a aplicar (evacuaci髇) y los factores y par醡etros que definen las limitaciones potenciales en la aplicaci髇 de la evacuaci髇, y de otros aspectos recogidos en el apartado 4.2.2 de este anexo, la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil no considera viables las nuevas previsiones de desarrollo urban韘tico, y especialmente en suelo urbanizable, en el interior de la zona de intensidad l韒ite en el exterior (subzona IA), a excepci髇 de aquellos que consisten en la mejora y compleci髇 del n鷆leo urbano (sin crecimientos en el exterior de la zona urbana consolidada actualmente), los servicios y equipamientos b醩icos asociados al n鷆leo urbano existente o los usos industriales vinculados directamente a la central nuclear.

  Este criterio permite establecer una limitaci髇 al n鷐ero de personas presentes en la zona de evacuaci髇 de manera que se eviten cifras que puedan suponer que las medidas de protecci髇 a la poblaci髇 no est閚 aseguradas (evacuaci髇).

• 5.2.2. Zona de contenci髇 intermedia.

  Se corresponde con la subzona IB (zona definida entre los radios de 3 y 5 km desde la central nuclear) y se define atendiendo a la posibilidad que los efectos sobre la poblaci髇 presenten criticidad elevada, es decir, la afectaci髇 es variable y puede llegar a intensidad l韒ite en el exterior (caso anterior, donde es necesaria la evacuaci髇).

  As�, valorando los aspectos recogidos en este anexo en el apartado 4.2.2 anterior, la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil considera que las estrategias de crecimiento en el interior de la zona de contenci髇 intermedia (subzona IB) solo pueden ser moderadas, correspondiendo a un crecimiento m醲imo de poblaci髇 del 33%.

  Este criterio permite establecer una limitaci髇 al n鷐ero de personas presentes en la zona de confinamiento que puede ser evacuada en funci髇 de las caracter韘ticas concretas de la emergencia, de manera que se eviten cifras que puedan suponer que las medidas de protecci髇 a la poblaci髇 no est閚 aseguradas (confinamiento y evacuaci髇 parcial).

• 5.2.3. Zona de confinamiento general.

  Se corresponde con la subzona IC (zona definida entre los radios de 5 y 10 km desde la central nuclear), y se define atendiendo a la previsi髇 de confinamiento general establecido en el plan Penta. En base a los aspectos recogidos en este anexo en el apartado 4.2.2 anterior, y muy especialmente a los estudios sobre capacidades de confinamiento realizados por la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil en el caso de otros riesgos tecnol骻icos (riesgo qu韒ico en instalaciones que manipulan sustancias peligrosas), se considera que el crecimiento en el interior de la zona de confinamiento general (subzona IC) est� limitado por un valor m醲imo de poblaci髇 en el interior de la zona que se corresponde con 20.000 personas por octano de la zona (sector de 45 grados de la zona circular te髍ica).

  En cuanto a los municipios tur韘ticos con poblaciones flotantes que se incrementan especialmente en los periodos de vacaciones, la cifra de poblaci髇 que hay que tener en cuenta es la calculada para estos periodos. El valor m醲imo de poblaci髇 de 20.000 personas permite asegurar la capacidad de gesti髇 de la aplicaci髇 de las medidas de autoprotecci髇 por parte de toda la poblaci髇.

  Este criterio permite establecer una limitaci髇 al n鷐ero de personas presentes en la zona de confinamiento general, de manera que se eviten cifras que puedan suponer que las medidas de protecci髇 a la poblaci髇 no est閚 aseguradas (confinamiento general).

6. Puntualizaciones al riesgo asumible y a la compatibilidad con el riesgo.

Las incompatibilidades, compatibilidades o medidas preventivas que incorporan los informes de la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil hace siempre referencia exclusivamente a la parte del sector de desarrollo urban韘tico previsto, especialmente en suelo urbanizable, ubicado en el interior de las franjas de seguridad que se indican en cada caso concreto. Por tanto, la consideraci髇 de no compatibilidad de una parte del sector no implica nunca la no compatibilidad del resto o totalidad de la previsi髇 de desarrollo.

Asimismo, estas medidas no se aplican sobre las situaciones ya existentes o los desarrollos ya ejecutados. Hay que diferenciar entre las situaciones actuales y futuras en cuanto a la aplicaci髇 de los criterios de compatibilidad teniendo en cuenta que, m醩 all� de las recomendaciones t閏nicas de diferenciar los criterios de compatibilidad de nuevas situaciones de los criterios de las situaciones ya existentes, el objetivo de los criterios descritos en este anexo es evitar generar situaciones de riesgo potencialmente no gestionables all� donde actualmente s� son gestionables. Por tanto, no se pueden aplicar los criterios para identificar situaciones actualmente no gestionables.

Anexo C

Criterios de control de la implantaci髇 de nuevos elementos vulnerables compatibles con la gesti髇 del riesgo de inundaciones.

1. Fundamento.

Estos criterios se fundamentan en la Ley 4/1997, de 20 de mayo, de protecci髇 civil de Catalu馻, en la Ley 6/2009, de 28 de abril, de evaluaci髇 ambiental de planes y programas, en el Decreto legislativo 1/2005, de 26 de julio, por el que se aprueba el Texto refundido de la Ley de urbanismo, as� como en leyes y normativas sectoriales de los riesgos de protecci髇 civil y normativa concordante.

2. 羗bito.

El 醡bito de los criterios afecta a los riesgos denominados de protecci髇 civil, de acuerdo con las competencias de la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil, respecto a la viabilidad de las actuaciones urban韘ticas que suponen una modificaci髇 sustancial del riesgo y, prioritariamente a las previsiones de desarrollo en suelo urbanizable, en relaci髇 con la gesti髇 de las emergencias colectivas y muy especialmente, en relaci髇 con el aseguramiento de las capacidades de protecci髇 por parte de los organismos p鷅licos a la poblaci髇 y de autoprotecci髇 de la poblaci髇 en las emergencias caracterizadas por ser s鷅itas y r醦idas, y concretamente frente a emergencias por riesgo de inundaciones, y especialmente las r醦idas conocidas como flash floods.

3. Objetivos

Se pretende establecer los criterios a aplicar por parte de la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil en la elaboraci髇 de informes en relaci髇 a la compatibilidad de la implantaci髇 de nuevos elementos vulnerables con la gesti髇 del riesgo de inundaciones.

Los criterios se fijan en base a la definici髇 de franjas o zonas de seguridad donde se establecen las tipolog韆s de elementos vulnerables considerados compatibles con la gesti髇 del riesgo (en t閞minos de edificaciones residenciales, lugares de p鷅lica concurrencia o zonas de ocio y similares) y los condicionantes de la viabilidad de la implantaci髇 de estos elementos vulnerables (sistemas compensatorios), con el objetivo de alcanzar condiciones que permitan el aseguramiento de la autoprotecci髇 y evitar la definici髇 de nuevos escenarios donde la materializaci髇 de las emergencias por riesgo de inundaciones r醦idas pueda ser potencialmente no gestionable o pueda suponer la presencia de elementos vulnerables en situaci髇 de indefensi髇 frente a la autoprotecci髇.

Tambi閚 se recogen, si procede, las medidas preventivas que se pueden prever en la implantaci髇 de los elementos vulnerables con la finalidad de alcanzar unos valores m韓imos en las zonas o franjas de seguridad antes citadas.

Asimismo, hay que considerar que estos criterios no se aplican de manera automatizada o mec醤ica, ya que requieren de una interpretaci髇 t閏nica para poder alcanzar resultados congruentes y concordantes con la seguridad y la gesti髇 global de los riesgos. La interpretaci髇 ha de responder por una parte a la m醲ima concreci髇 territorial del riesgo en cuesti髇 y por otra al estudio detallado de los planes, programas o proyectos de desarrollo en suelo urbanizable o planificaci髇 de los usos del suelo. En relaci髇 con estos aspectos el apartado 6 de este anexo establece puntualizaciones en cuanto al riesgo asumible.

4. Gesti髇 de riesgo de inundaciones.

4.1. Planteamiento del problema.

Corresponde a la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil, de acuerdo con las competencias que tiene atribuidas, definir los elementos vulnerables asociados a los riesgos de protecci髇 civil y elaborar los protocolos autom醫icos de respuesta a las emergencias (planes de emergencia). Estos planes de emergencia incluyen, entre otros aspectos, las medidas de autoprotecci髇 a aplicar por parte de los elementos vulnerables y los mecanismos necesarios para su aplicaci髇.

Determinados riesgos de protecci髇 civil, y en determinadas condiciones y situaciones, pueden generar emergencias con un importante componente de velocidad asociado. Se trata de emergencias s鷅itas (no previsibles ni detectables con antelaci髇) y r醦idas (la emergencia avanza con celeridad afectando nuevos 醡bitos territoriales en tiempos cortos, a velocidades destacables) que dificulten significativamente la aplicaci髇 de los protocolos de respuesta a las emergencias.

As�, las caracter韘ticas de celeridad de estas emergencias suponen un condicionante a la realizaci髇 de los avisos a la poblaci髇 con anterioridad a las afectaciones, es decir, con anterioridad a la llegada de la emergencia. En estas situaciones, la poblaci髇 puede encontrarse en situaci髇 potencial de indefensi髇 frente a la aplicaci髇 de las medidas de autoprotecci髇 y puede no estar asegurada la capacidad de protecci髇 de los elementos vulnerables.

Por otra parte, la complejidad en la aplicaci髇 de los avisos a la poblaci髇 est� modulada por diversos factores. Dos de estos son los siguientes:

• A) Proximidad de la poblaci髇 al foco de la emergencia,
• B) N鷐ero de poblaci髇 presente en las zonas de afectaci髇.

La existencia de un 醡bito territorial inmediato al foco de la emergencia donde no se localice poblaci髇, especialmente usos residenciales, permite disponer de un margen inicial de tiempo para contrarrestar la incapacidad de previsi髇 de la emergencia. Este territorio libre donde por tanto no ser韆 necesario realizar avisos (traducido en tiempo disponible) permite avisar a la poblaci髇 con anterioridad a la llegada de la emergencia ya que durante los primeros instantes 閟ta avanza por zonas donde no hay presencia de elementos vulnerables.

Por otra parte, todas las emergencias se caracterizan por una criticidad o afectaci髇 gradual y no homog閚ea, es decir, en los 醡bitos territoriales m醩 cercanos al foco de la emergencia la intensidad del fen髆eno o peligro es muy elevada y por tanto tiene una criticidad, una afectaci髇 a la poblaci髇, muy elevada. Esta criticidad disminuye paulatinamente (pero no linealmente sino con relaciones exponenciales) a medida que los 醡bitos territoriales o elementos vulnerables se alejan del foco de la emergencia. Por tanto, a parte de los aspectos relacionados con el tiempo de margen disponible, la presencia de elementos vulnerables en las proximidades de los focos de emergencia no puede tratarse con el mismo car醕ter que los elementos vulnerables presentes en zonas de afectaci髇 m醩 alejadas, de manera que estos primeros elementos vulnerables suponen una aportaci髇 muy importante en la cuantificaci髇 global del riesgo y hay que ponderar su presencia y n鷐ero. As�, para esta primera poblaci髇 se ha de a馻dir a la presencia de m醨genes de tiempo de respuesta disponibles reducidos la exposici髇 a un peligro mayor, es decir, una criticidad l韒ite o intensidad l韒ite de los efectos de la emergencia.

A la vez, la presencia de vol鷐enes de poblaci髇 importantes dificulta la aplicaci髇 de las medidas de autoprotecci髇 en este tipo de emergencias ya que al incremento de los avisos y actuaciones que hay que hacer se ha de sumar la dificultad para que vol鷐enes de poblaci髇 importantes presenten comportamientos homog閚eos y estandarizados a partir de campa馻s de informaci髇 y sensibilizaci髇 a la poblaci髇 (se incrementa exponencialmente las resistencias pasivas estructurales a la difusi髇 de informaci髇 en el si de una poblaci髇 a medida que aumenta el n鷐ero de habitantes).

Igualmente, hay que tener en cuenta que, con car醕ter individual, los individuos presentan unos valores de fiabilidad respecto a la aplicaci髇 de las medidas de autoprotecci髇, entendiendo 閟tas como mecanismos autom醫icos de respuesta a avisos concretos asimilados a partir de campa馻s de informaci髇, es decir, de implantaci髇 en el territorio.

Es necesario, por tanto, poder definir a partir de los condicionantes generales anteriores, los criterios de gesti髇 de riesgos de protecci髇 civil condicionantes de los futuros usos del suelo con la finalidad de que estos se adapten a los riesgos reales en el territorio en cada caso concreto.

4.2. Riesgo de inundaciones.

4.2.1. Introducci髇: peligro de inundaciones y planificaci髇 de las emergencias.

El riesgo de inundaciones queda recogido en el plan de emergencias por inundaciones de la Generalidad de Catalu馻 (Inuncat), donde se recogen las zonas de peligro de inundaciones siguientes:

• A) zonas inundables por lluvias excepcionales por periodos de retorno de:
  • a) 50 a駉s
  • b) 100 a駉s
  • c) 500 a駉s.
• B) zonas inundables seg鷑 criterios geomorfol骻icos (incluidos conos de deyecci髇).

El plan Inuncat recoge para determinadas zonas inundables la estimaci髇 de las velocidades de tr醤sito o de inundaci髇.

En general el peligro de inundaciones (definido como las zonas inundables o de peligro antes descritas) est� elaborado por la Agencia Catalana del Agua e incorporado a la planificaci髇 de emergencias (plan Inuncat) por parte de la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil, que determina las operativas de coordinaci髇, mitigaci髇 y gesti髇 de las emergencias por inundaciones as� como los l韒ites a las capacidades de gesti髇, especialmente en las inundaciones r醦idas.

A la vez, los Planes de Espacios Fluviales elaborados por la Agencia Catalana del Agua recogen las zonas inundables por periodos de retorno de 50, 100 y 500 a駉s (a parte de las de 10 a駉s) resultado del estudio zonal en estos territorios concretos, que pueden variar respecto a las del plan Inuncat por motivo del mayor detalle territorial en su elaboraci髇.

Las normativas de prevenci髇 y planificaci髇 del riesgo de inundaciones pueden prever otros elementos de gesti髇 del riesgo de inundaciones ya sea a trav閟 del conocimiento del peligro o de la prevenci髇 y planificaci髇 de aspectos concretos, como por ejemplo los planes de gesti髇 de cuenca o planes de gesti髇 del riesgo de inundaci髇 que incorpora la Directiva 2007/60/CE.

4.2.2. Caracterizaci髇 esquem醫ica de las emergencias por inundaci髇.

• A) Tipolog韆 de emergencias y tiempo de respuesta.

  De forma breve las emergencias por inundaciones se pueden clasificar, des del punto de vista de su gesti髇 y m醩 concretamente en relaci髇 a las capacidades de autoprotecci髇, en dos grandes grupos:

  • a) inundaciones r醦idas y s鷅itas (flash floods): asociadas habitualmente a cuencas peque馻s y muy especialmente a rieras y torrentes del litoral y pre-litoral (entre otros) donde las inundaciones tienen un fuerte componente de velocidad que hace que no se disponga de tiempo suficiente como para poder valorar la inundaci髇 ni disponer de tiempo suficiente como para avisar a la poblaci髇. En estos casos las actuaciones preventivas quedan limitadas a los avisos a la poblaci髇 de predicciones de lluvias intensas a trav閟 de los avisos de situaci髇 meteorol骻ica de riesgo del Servicio Meteorol骻ico de Catalu馻.

    En muchas ocasiones esta tipolog韆 de inundaci髇 incorpora un factor agravante del riesgo como es el arrastre de materiales s髄idos en los caudales de inundaci髇 (debris flow) que suponen un incremento de la vulnerabilidad de las poblaciones y bienes en general.

  • b) inundaciones lentas: t韕icamente asociadas a cuencas y r韔s grandes donde las inundaciones se producen por efectos acumulativos a lo largo de horas e incluso d韆s, de forma que se pueden predecir las inundaciones y establecer los avisos necesarios a la poblaci髇 para que apliquen las medidas de autoprotecci髇 procedentes. Por tanto, se posibilita toda una serie de medidas preventivas con la finalidad de evitar la afectaci髇 a la poblaci髇.

    De esta manera, hay que entender que el factor limitante en las capacidades de gesti髇 de las emergencias por inundaciones est� asociado a la falta de tiempo de reacci髇 asociado a las inundaciones r醦idas.

    A la vez, hay que tener en cuenta que las estimaciones de los tiempos de tr醤sito o de inundaci髇 presentan claras limitaciones en relaci髇 a los m閠odos actualmente disponibles y especialmente respecto a las capacidades de predicci髇 con car醕ter inmediato de lluvias intensas en un 醡bito territorial concreto (habitualmente las predicciones se realizan cada 12 horas con una concreci髇 m醲ima territorial correspondiente a las comarcas).

• B) Dimensionamiento de recursos: sistemas de aviso a la poblaci髇.

  El riesgo de inundaciones es un riesgo que se puede valorar tanto por lo que respecta al peligro como por lo que respecta a la vulnerabilidad, a partir del estudio concreto del territorio. Sin embargo, se trata de un riesgo con un componente de deslocalizaci髇 o extensi髇 muy importante, de forma que las inundaciones en una cuenca no se limitan exclusivamente a determinadas porciones de territorio sino que se extienden habitualmente alrededor de la mayor parte de la extensi髇 de los cursos fluviales.

  Este hecho supone actualmente la imposibilidad, desde un punto de vista de capacidades de gesti髇 disponibles, de instalar sistemas de aviso a la poblaci髇 para todas las zonas con peligro de inundaci髇. Es necesario valorar que en el caso de las inundaciones r醦idas del litoral la instalaci髇 de los sistemas de aviso a la poblaci髇 se extender韆 a un porcentaje elevado de los n鷆leos urbanos y zonas de poblaci髇.

  En base a los aspectos anteriores hay que tener en cuenta que por lo que respecta al riesgo de inundaciones las capacidades de gesti髇 est醤 todav韆 m醩 limitadas respecto a las capacidades de aviso a la poblaci髇 para la aplicaci髇 de medidas de autoprotecci髇, ya que no se dispone de sistemas r醦idos de aviso a la poblaci髇. Con todo, hay que valorar que en las inundaciones r醦idas los tiempos de respuesta, tiempo desde la detecci髇 hasta el aviso a la poblaci髇, podr韆n ser superiores a las velocidades de inundaci髇 de forma que aunque se disponga de sistemas de aviso r醦ido a la poblaci髇 (sirenas) estos podr韆n no ser efectivos.

• C) Dimensionamiento de recursos: evacuaci髇.

  Hay que valorar que aunque para las inundaciones lentas existe la capacidad de realizar los avisos a la poblaci髇 con la finalidad de que realicen las medidas de autoprotecci髇 m醩 adecuadas (evacuaci髇 y/o confinamiento), estos procedimientos de autoprotecci髇 presentan las limitaciones habituales en la gesti髇 de emergencias.

  As�, respecto a la evacuaci髇 hay que valorar que se caracteriza por ser una medida cr韙ica en su definici髇 y aplicaci髇 ya que responde a situaciones donde el confinamiento no es suficiente como para garantizar la protecci髇 a la poblaci髇 y donde se requiere el desplazamiento de la poblaci髇 hasta 醡bitos m醩 alejados donde el confinamiento s� sea seguro, con las dificultades que comporta el desplazamiento simult醤eo de poblaciones en tiempo y espacio.

  En general hay que valorar que los par醡etros que dimensionan la capacidad de evacuaci髇 son:

  • Tiempo disponible para realizar la evacuaci髇. Est� determinado por:

    • a) Tiempo entre la detecci髇 y la materializaci髇 de la inundaci髇.
    • b) Tiempo entre la detecci髇 de la emergencia y la comunicaci髇 de esta o su previsi髇 a los servicios de protecci髇 civil.
    • c) Tiempo de avance de la inundaci髇.
    • d) Tiempo de respuesta de la poblaci髇 a los avisos de evacuaci髇.
    • e) Tiempo de desplazamiento f韘ico de la poblaci髇, con los factores limitadores que se describen a continuaci髇.

  • Recursos de evacuaci髇:

    • a) V韆s de tr醤sito rodado disponibles.
      • 1) Capacidad de la v韆 en su dise駉 (intensidad m醲ima absorbible)
      • 2) Grado de ocupaci髇/saturaci髇 habitual.
      • 3) Estado f韘ico de las v韆s.
      • 4) Accesibilidad (especialmente, accesos a autov韆s y autopistas)
    • b) Recursos de evacuaci髇 masivos:
      • 1) Servicios de transporte ferroviario: capacidad de la red ferroviaria y disponibilidad de convoys.
      • 2) Estado de la red ferroviaria.
      • 3) Servicios de transporte rodado (autocares y similares): capacidad de la red viaria, proximidad y disponibilidad de veh韈ulos.

  • Condicionantes urbanos y territoriales:

    • a) Dise駉 de la trama urbana y de los accesos a las v韆s y nodos de evacuaci髇 principales (carreteras, autov韆s, autopistas y ferrocarril).
    • b) Proximidad de las zonas urbanas o foco de evacuaci髇 a las v韆s y nodos de evacuaci髇 principales (carreteras, autov韆s, autopistas y ferrocarril).
    • c) Complejidad de los desplazamientos en la evacuaci髇 (conexiones entre v韆s principales, accesos, entre otros).
    • d) Difusi髇 de la informaci髇 a la poblaci髇 a evacuar sobre la ruta a seguir hasta llegar a los espacios de confinamiento seguro. Implantaci髇 de la medida de protecci髇 a la poblaci髇 (campa馻s de informaci髇, simulacros y pruebas de aviso, entre otros).

    Condicionantes meteorol骻icos

    • a) Viento.
    • b) Nocturnidad.
    • c) Lluvia.
    • d) Niebla.
    • e) Nieve y hielo.

  • Previsi髇 y disponibilidad de espacios para el confinamiento:

    • a) Existencia de edificios o espacios previamente seleccionados y condicionados para el confinamiento de las poblaciones evacuadas.
    • b) Difusi髇 de la informaci髇 a la poblaci髇 a evacuar sobre los espacios de confinamiento asignados en cada caso.
  • Previsi髇 y disponibilidad de alojamientos temporales.

    Existencia de edificios o espacios previamente seleccionados y condicionados para el alojamiento temporal de las poblaciones evacuadas.

  En relaci髇 a los par醡etros identificados, hay que valorar que los recursos disponibles no est醤 dimensionados para la evacuaci髇 simult醤ea de grandes poblaciones. Los recursos disponibles, especialmente respecto a las v韆s de tr醤sito rodado y ferroviario, presentan un dise駉 limitante respecto a su capacidad de absorber los flujos que se generar韆n en la evacuaci髇 simult醤ea.

  A la vez, hay que tener en cuenta el aprendizaje que deriva de las dificultades que han acontecido en grandes evacuaciones que han tenido lugar recientemente en el 醡bito internacional en estados con una alta concienciaci髇 de las emergencias y la evacuaci髇. Tambi閚 hay que extraer conclusiones de las evacuaciones puntuales con necesidad de alojamientos temporales y periodos de recuperaci髇 largos que han tenido lugar en el 醡bito europeo por emergencias diversas y muy especialmente de los casos que han tenido lugar en Catalu馻 muy recientemente.

  As� pues, la evacuaci髇 es una actuaci髇 cr韙ica condicionada por m鷏tiples factores que a la vez se aplica en un 醡bito territorial donde la criticidad de la emergencia es m醲ima o responde a una intensidad l韒ite en el exterior (es por este motivo que se prev� evacuaci髇 y no confinamiento como medida de protecci髇 a la poblaci髇). La criticidad de la actuaci髇 se puede valorar a partir de las actuaciones y casos concretos recientes derivados de riesgos naturales y riesgos tecnol骻icos. Es necesario, por tanto, evitar con car醕ter general la presencia de poblaciones en zona de evacuaci髇 y justificar t閏nicamente la viabilidad de su presencia en casos concretos como pueden ser las inundaciones lentas.

• D) Dimensionamiento de recursos: confinamiento.

  El confinamiento es una medida de protecci髇 a la poblaci髇 que ha sido estudiada con detalle en el caso de emergencias derivadas del riesgo qu韒ico en instalaciones que manipulan sustancias peligrosas. Si se asume la disponibilidad de tiempo para avisar a las poblaciones a partir de la detecci髇 previa de la inundaci髇 (caso de inundaci髇 que no sea r醦ida) hay que considerar tambi閚 los factores siguientes:

  • Sistemas de aviso a la poblaci髇: se requieren sistemas de aviso a la poblaci髇 para comunicar la necesidad de realizar el confinamiento. En el caso de las inundaciones la deslocalizaci髇 del riesgo dificulta la previsi髇 de estos sistemas de aviso.
  • Fiabilidad humana: la aplicaci髇 de las medidas de autoprotecci髇 por parte de la poblaci髇 est� influenciada por los par醡etros de fiabilidad humana. En la mejor de las situaciones (campa馻s de comunicaci髇 e informaci髇, simulacros y poblaci髇 formada y entrenada en la autoprotecci髇), hay un margen de error en la aplicaci髇 de la autoprotecci髇, es decir, habr� parte de la poblaci髇 que no lo har� correctamente. La fiabilidad es inferior cuando no se dispone de sistemas estandarizados de aviso a la poblaci髇.

  • Poblaci髇 especialmente vulnerable: en la planificaci髇 de la respuesta a emergencias se ha de diferenciar la poblaci髇 especialmente vulnerable del resto de poblaci髇. Este grupo siempre sufre, en igualdad de exposici髇 al fen髆eno de peligro, m醩 efectos ya que se define como un grupo m醩 vulnerable que el colectivo est醤dar u homog閚eo. La valoraci髇 del peso espec韋ico en poblaci髇 de este grupo se realiza en base a los datos estad韘ticos del Departamento de Salud y del de Acci髇 Social y Ciudadan韆 de la Generalidad de Catalu馻 as� como del Instituto de Estad韘tica de Catalu馻 (Idescat), asumiendo que est� formado por poblaci髇 hasta los 4 a駉s incluidos, a partir de los 75 a駉s o con alguna disminuci髇 (especialmente dificultades de movimiento y afecciones respiratorias graves).

    • a) Disminuci髇 reconocida legalmente (Idescat 2005 y Departamento de Acci髇 Social y Ciudadan韆 de la Generalidad de Catalu馻):
      • 1) Mot髍ica: 117.745 (1,7%).
      • 2) F韘ica no mot髍ica: 95.028 (1,4%).
      • 3) Visual: 28.078 (0,4%).
      • 4) Auditiva: 15.838 (0,2%).
      • 5) Ps韖uica: 39.164 (0,6%).
      • 6) Enfermedad mental: 59.701 (0,9%).
      • 7) No consta: 9.076 (0,1%).
      • 8) Total: 356.530 (5,1%).
    • b) Poblaci髇 (Idescat 2006) por edades:
      • 1) Menores de 5 a駉s: 5,5%.
      • 2) Mayores de 74: 8,1%.
      • 3) Total: 13,6%.

    Aplicando un factor de correcci髇 del 20% derivado del solapamiento entre poblaci髇 mayor de 75 a駉s y poblaci髇 con alguna disminuci髇, obtenemos un valor final aproximado del 15% de la poblaci髇 total como poblaci髇 especialmente vulnerable.

  • Poblaci髇 itinerante: Catalu馻 presenta unos datos de movilidad territorial interna bastante importantes, a los que hay que a馻dir los flujos tur韘ticos. Para evaluar, qu� cifra de poblaci髇 se ubica habitualmente fuera de su municipio de residencia, se interrelacionan las cifras del Idescat del a駉 2001 (2.762.000 viajeros que se desplazan diariamente por razones de trabajo y 335.000 por razones de estudio) con los de la encuesta de movilidad cotidiana del Departamento de Pol韙ica Territorial y Obres P鷅licas y la Autoridad del Transporte Metropolitano con la colaboraci髇 del Idescat y el Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona (6.354.930 personas presentan movilidad diaria en Catalu馻, con 147,9 millones de desplazamientos semanales y un promedio de 21,64 desplazamientos por persona y semana; del total de estos desplazamientos aproximadamente un 30% del total de desplazamientos son intermunicipales). As�, 889.000 personas se desplazan habitualmente fuera de su municipio, lo que representa aproximadamente un 14% del total.
  • Poblaci髇 tur韘tica: Catalu馻 presenta unas cifras de turismo que, asumiendo una distribuci髇 homog閚ea en el tiempo y el espacio (distribuci髇 ideal no real) equivaldr韆n a incrementar en todo momento un 5% la poblaci髇 (datos del Idescat y del Instituto de Estudios Tur韘ticos para el periodo 2001 - 2005). Hay que tener en cuenta que la distribuci髇 temporal del turismo se concentra en la 閜oca de verano y que muy a menudo las zonas inundables est醤 presentes en zonas tur韘ticas importantes.

5. Criterios.

5.1. Introducci髇.

Para el riesgo de inundaciones, la normativa urban韘tica recoge las previsiones concretas de limitaciones al desarrollo urbano por motivo de la protecci髇 y seguridad de la poblaci髇.

Estas regulaciones y criterios son la base a partir de la que la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil establece, teniendo en cuenta tambi閚 otros criterios propios de su 醡bito competencial (gestionabilidad de las situaciones de emergencia) a la vez que los aspectos antes recogidos, criterios de control de la compatibilidad de la implantaci髇 de nuevos elementos vulnerables, especialmente en suelo urbanizable, con la gesti髇 del riesgo de inundaciones, por motivo del aseguramiento de las capacidades de autoprotecci髇 de la poblaci髇, y siempre asociados a las emergencias de evoluci髇 r醦ida y s鷅ita en los que la autoprotecci髇 puede no estar garantizada.

5.2. Zona de aseguramiento de la capacidad de autoprotecci髇.

5.2.1. Zonas inundables 50 y 100 a駉s.

La Direcci髇 General de Protecci髇 Civil considera que no son compatibles con la gesti髇 del riesgo de inundaciones, las previsiones de desarrollo urban韘tico con implantaci髇 de elementos vulnerables (edificaci髇 residencial, edificios de p鷅lica concurrencia o 醡bitos de ocio en general) en el interior de zonas inundables para periodos de retorno de 50 y 100 a駉s cuando la inundaci髇 sea r醦ida, atendiendo a las previsiones normativas de urbanismo vigentes y a la consideraci髇 de la velocidad de arribada de las inundaciones, es decir, de la dificultad para que la poblaci髇 sea alertada y pueda aplicar las medidas de autoprotecci髇.

Se considerar� inundaci髇 r醦ida cuando los tiempos de tr醤sito sean inferiores a 2 horas. La Direcci髇 General de Protecci髇 Civil puede considerar tiempos inferiores en la definici髇 de las inundaciones r醦idas para casos concretos, cuando las medidas preventivas concretas permitan una detecci髇 temprana de la inundaci髇 y un aviso a la poblaci髇 especialmente r醦ido, o cuando estas medidas sean de car醕ter estructural y disminuyan la vulnerabilidad.

Para el resto de inundaciones por periodos de retorno de 50 y 100 a駉s, no consideradas r醦idas, se aplicar醤 las medidas del apartado siguiente 5.2.2.

5.2.2. Zona inundable 500 a駉s.

Por lo que respecta a las previsiones de implantaci髇 de elementos vulnerables (edificaci髇 residencial, edificios de p鷅lica concurrencia o 醡bitos de ocio en general) en zonas inundables para periodos de retorno de 500 a駉s, la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil considera que la compatibilidad de las previsiones quedan supeditadas a la previsi髇 de medidas estructurales concretas que permitan garantizar la autoprotecci髇 y seguridad de la poblaci髇, y que han de ser como m韓imo las siguientes:

• A) Sistemas de drenaje espec韋icamente dise馻dos para caudales de las zonas inundables por periodo de retorno de 500 a駉s u otros sistemas de mitigaci髇 o prevenci髇 de los efectos de las inundaciones.
• B) No construcci髇 de bajos, garajes ni zonas en general a cotas inferiores a la de la calle.
• C) Existencia de como m韓imo dos v韆s de evacuaci髇 independientes en los elementos nuevos urbanos unitarios previstos (especialmente en el conjunto de un sector de desarrollo en suelo urbanizable).

Garantizar la autoprotecci髇 de la poblaci髇 supone poder asegurar que la poblaci髇 tiene tiempo suficiente como para poder ser avisados por parte de la administraci髇 p鷅lica con la finalidad de realizar las medidas de autoprotecci髇 generales frente a inundaciones, antes de la llegada del propio fen髆eno de inundaci髇. A la vez, se ha de garantizar que una vez la inundaci髇 est� afectando a la poblaci髇, 閟ta no sufra da駉s (teniendo en cuenta que han aplicado las medidas de autoprotecci髇). Las medidas preventivas no pueden ser nunca la elaboraci髇 de protocolos de emergencia (ya sean planes de autoprotecci髇, planes de emergencia municipal o cualquier otro tipo de plan de emergencia), ya que estos se han de elaborar en el caso de que el peligro y el riesgo de inundaci髇 se consideren aceptables en base a las medidas preventivas antes referidas. El aseguramiento de la autoprotecci髇 requiere un estudio de detalle 1:1.000 del peligro de inundaciones en el 醡bito de implantaci髇 de nuevos elementos vulnerables, y especialmente en el caso de desarrollo en suelo urbanizable, de forma que se valore la afectaci髇 a los nuevos elementos vulnerables pero tambi閚 la modificaci髇 del peligro de inundaci髇 a los existentes.

As�, de acuerdo con la normativa en materia de urbanismo, hay que indicar que en la zona inundable para periodos de retorno de 500 a駉s, la compatibilidad de los desarrollos queda supeditada 玜 la ejecuci髇 de las obras necesarias para que las cotas definitivas resultantes de la urbanizaci髇 cumplan las condiciones de grado de riesgo de inundaci髇 adecuadas para la implantaci髇 de la ordenaci髇 y usos establecidos por el indicado planeamiento. En cualquier caso, la ejecuci髇 de estas obras ha de constituir una carga de urbanizaci髇 de los 醡bitos la actuaci髇 urban韘tica en los cuales est閚 incluidos los terrenos.�

5.2.3. Zona inundable seg鷑 criterios geomorfol骻icos.

Por lo que respecta a las previsiones de implantaci髇 de elementos vulnerables (edificaci髇 residencial, edificios de p鷅lica concurrencia o 醡bitos de ocio en general) en zonas inundables seg鷑 criterios geomorfol骻icos (incluidos los conos de deyecci髇) la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil considera que la compatibilidad de las previsiones quedan supeditadas a la previsi髇 de medidas estructurales concretas que permitan garantizar la autoprotecci髇 y seguridad de la poblaci髇, en el mismo sentido que se describe en el apartado anterior para las zonas inundables por periodos de retorno de 500 a駉s.

Sin embargo, respecto a los conos de deyecci髇 activos hay que tener en cuenta que no se considera viable ning鷑 uso en su interior, en las mismas condiciones y por los mismos motivos que se consideran en el apartado 5.2.1.

5.2.4. Puntos negros.

A la vez, hay que indicar que el plan Inuncat recoge un listado de puntos negros que se deber韆n tener en cuenta en las previsiones de implantaci髇 de nuevos elementos vulnerables, especialmente en los desarrollos en suelo urbanizable, en relaci髇 a evitar situaciones de indefensi髇 de la poblaci髇 por motivo de inundaciones r醦idas y s鷅itas.

5.2.5. Infraestructuras.

Las infraestructuras a desarrollar en cualquier 醡bito afectado por inundaciones (tanto por periodos de retorno de 50, 100 y 500 a駉s como por criterios geomorfol骻icos) han de prever en su dise駉 que pueden soportar los efectos de las inundaciones sin sufrir da駉s estructurales graves, seg鷑 las caracter韘ticas concretas de peligro de inundaci髇.

5.2.6. Delta del Ebro y otras zonas especiales.

Hay que prever estrategias de crecimiento espec韋icas para los t閞minos municipales ubicados en los deltas, especialmente en el caso del Delta del Ebro, por motivo de las caracter韘ticas espec韋icas de las inundaciones en estos 醡bitos. Estas especificidades se pueden aplicar a otras zonas especiales donde se justifique la especificidad del comportamiento de las inundaciones. Sin embargo, la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil tambi閚 contempla el criterio de gestionabilidad de las emergencias en estos 醡bitos territoriales, con las especificidades concretas de cada caso.

5.3. Excepciones por vulnerabilidad.

En funci髇 de las caracter韘ticas concretas del riesgo de inundaci髇 y del incremento de la vulnerabilidad resultante del planeamiento urban韘tico, la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil puede exceptuar la aplicaci髇 de los criterios antes indicados. Estas excepciones se aplican exclusivamente a planeamientos urban韘ticos de compleci髇 de n鷆leos urbanos y siempre y cuando la vulnerabilidad no se incremente en m醩 de un 5% y que 閟te no suponga en valor absoluto m醩 de 500 personas.

6. Puntualizaciones al riesgo asumible y a la compatibilidad con el riesgo.

Las incompatibilidades, compatibilidades o medidas preventivas que incorporen los informes de la Direcci髇 General de Protecci髇 Civil har醤 siempre referencia exclusivamente a la parte del sector de desarrollo urban韘tico previsto, especialmente en suelo urbanizable, ubicado en el interior de las franjas de seguridad que se indiquen en cada caso concreto. Por tanto, la consideraci髇 de no compatibilidad de una parte del sector no implica nunca la no compatibilidad del resto o totalidad de la previsi髇 de desarrollo.

Asimismo, estas medidas no se aplican sobre las situaciones ya existentes o los desarrollos ya ejecutados. Hay que diferenciar entre las situaciones actuales y futuras en cuanto a la aplicaci髇 de los criterios de compatibilidad teniendo en cuenta que, m醩 all� de las recomendaciones t閏nicas de diferenciar los criterios de compatibilidad de nuevas situaciones de los criterios de las situaciones ya existentes, el objetivo de los criterios descritos en este anexo es evitar generar situaciones de riesgo potencialmente no gestionables all� donde actualmente s� son gestionables. Por tanto, no se pueden aplicar los criterios para identificar situaciones actualmente no gestionables.